“El cambio climático es una farsa”, “el calentamiento global no es resultado de actividades humanas o no es tan malo”, son algunas de las desinformaciones más frecuentes que encontramos en las redes sociales.
Pero, ¿por qué persisten y cuál es su impacto?
Un estudio del Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH) publicado este 2024 que revisó 12.058 videos de 96 canales de negación climática en YouTube, encontró que en un 70 % contiene narrativas “nuevas” que desechan de los impactos climáticos, las soluciones y la ciencia del clima actual.
El reporte destaca que mientras en 2018 existía una “vieja negación” relacionada con que “el calentamiento global no está ocurriendo” o que “los gases de efecto invernadero por el hombre no están causando el calentamiento global”, ha pasado en 2023 a la “nueva negación” la cual asegura que los impactos del calentamiento global son “beneficiosos o inofensivos”, las soluciones climáticas “no funcionarán” o “la ciencia climática no es confiable”.
“Los expertos sugieren que quienes niegan el cambio climático han cambiado de táctica, porque los resultados del calentamiento global y el cambio climático son evidentes para el público”, se destaca el informe del CCDH.
En el análisis se señala que sin importar si es nueva o vieja la narrativa de negación climática, Youtube se continúa beneficiando de la publicidad en estos espacios de desinformación. Se estiman que las ganancias de esta plataforma rondan los 13,4 millones de dólares al año con anuncios en los canales estudiados. Y, aunque las políticas de YouTube prohíben la monetización de la “antigua” negación del calentamiento global, no cubren aquellas que son “nuevas”.
Maximiliano Manzoni, periodista especializado en cambio climático, miembro de la Red de Periodismo Climático de Oxford e investigador, explicó a la Voz de América que las redes sociales han ampliado el campo de batalla de la información falsa o engañosa acerca del tema climático.
Y añadió que “una vez que la desinformación ya está aceptada en nuestra unidades, en nuestro modo de consumir y compartir información, que está profundamente roto por las dinámicas de las redes sociales, que benefician contenidos que son muchísimo más álgidos, o muchísima más alarmistas, por encima de una discusión honesta y de buena fe, una vez de que la desinformación ya está inserta es muy difícil extraerla”.
Manzoni detalló que también ocurre ante la pregunta acerca de “qué tenemos que hacer” ante el cambio climático que ya es real, donde la desinformación está actuando en la región, y las formas de que esta se replica es similar al de la industria tabacalera en el siglo XX.
“Hay sectores muy particulares de las grandes petroleras, las grandes productoras de gas, el sector del agronegocio que es muy importante en muchos sectores de América Latina, sobre todo en América del Sur, donde tenemos producción de soja y de ganadería, que han copiado el modo en el cual la industria tabacalera a finales del siglo XX desinformó sobre el impacto de salud del tabaco y están aplicando las mismas reglas y los mismos mecanismos a la hora desinformar sobre su rol su responsabilidad y sobre qué camino deberíamos tomar para que esas políticas públicas sean justas para todos y todas para que no dejen a nadie atrás”, explicó.
Las plataformas dicen que colaboran pero no aplican políticas
Luego de realizar un análisis a las plataformas de redes sociales, la Coalición de Acción Climática contra la Desinformación (CAA), un grupo de más de 50 organizaciones que lucha contra la desinformación sobre el cambio climático, encontró que aunque se han comprometido a abordar la desinformación climática, YouTube, Meta (antes solo Facebook) y TikTok tienen faltan en la aplicación de sus propias políticas para contrarrestar los contenidos falsos sobre el tema.
“Twitter/X tiene el peor desempeño, recibiendo solo un punto. Carece de políticas claras que aborden la desinformación climática, no ofrece mecanismos sustantivos de transparencia pública y no proporciona evidencia de una aplicación efectiva de las políticas”, menciona el reporte.
Como parte de una revisión realizada por VOA Verifica, se identificó que al colocar las palabras clave “cambio climático” “farsa” en X (antes Twitter) se pueden desplegarse decenas de desinformaciones algunas de las cuales sugieren que que el calentamiento global y los cambios constantes en el clima no son a consecuencia de las actividades de los seres humanos.
Entre las desinformaciones que encontramos surgió una donde se asegura que “el cambio climático es una farsa” y brinda el argumento de que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera es supuestamente mínimo y no causa problemas. Sin embargo, el medio de verificación Maldita expone que este argumento es desinformación, según expertos.
Los impactos de la desinformación climática
Las desinformaciones sobre el cambio climático, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, órgano internacional encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al calentamiento global, han contribuido principalmente a:
- Debilitamiento de la ciencia
- Percepciones erróneas sobre el consenso científico
- Incertidumbre, confusión y dudas
- Retraso o limitación de las acciones climáticas
- Polarización
“Campañas coordinadas buscan negar, minimizar o distraer la atención del consenso científico del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y descarrilar la acción urgente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París de 2015. Una pequeña pero ruidosa minoría de negacionistas de la ciencia climática continúa rechazando la posición de consenso y tiene una presencia enorme en algunas plataformas digitales”, se destaca en el Informe de Políticas de las Naciones Unidas para la integridad de la información en plataformas digitales de junio de 2023.
Andrea Hurtado, gerente del programa de cambio climático para América Latina en Salud sin Daño, una organización no gubernamental, reconoció en un panel recientemente que se ha mantenido una lucha por combatir narrativas desinformantes impulsadas principalmente por la industria de los combustibles fósiles.
“Hemos atestiguado cómo por décadas han puesto millones de dólares en publicidad engañosa, pagando cientos de falsos estudios científicos, movilizando a miles de globistas que se dedican a sobornar gobiernos, a intimidad activistas, en fin todo un aparato dedicado a desmentir el origen y la gravedad de la crisis climática”, dijo en el Lanzamiento del informe The Lancet Countdown Latinoamérica en Argentina.
Para combatir los efectos de la desinformación climática, existen varias unidades de verificación como Maldito Clima, un espacio que lucha para desmentir los contenidos falsos sobre el medio ambiente. Chequeado, un medio de verificación de Argentina, cuenta también con un episodio en Spotify, junto a una experta, en donde se buscan desmentir algunas ideas erróneas sobre el cambio climático.
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