Dos policías que investigaban la muerte de 72 emigrantes asesinados en México, desaparecieron sin dejar rastro en el poblado de San Fernando, localizado a unos 180 km (111 mls) de la frontera con Texas.
La fiscalía del estado mexicano de Tamaulipas, asegura que por el momento investiga “versiones” de la desaparición de ambos agentes, aunque se teme que hayan sido ajusticiados por la banda de narcotraficantes conocida como Los Zetas, a quienes se les culpa de la masacre de los migrantes, en su mayoría centroamericanos y sudamericanos.
“Existen versiones de que un policía ministerial (investigador) y uno de la dirección de tránsito están desaparecidos, pero no hay denuncia formal. La procuraduría ya está investigando”, dijo un vocero de la fiscalía del mencionado estado.
Ambos agentes no regresaron al edificio de la policía a la que debían reportarse, tampoco sus familiares tienen detalles y aparentemente ellos no lograron comunicarse con nadie, antes de su desaparición.
Tampoco está claro cuál era el trabajo específico que realizaban los investigadores en el momento de su desaparición, ya que según la misma fuente de la fiscalía mexicana “no tenían relación alguna con el trabajo de apoyo en la realización de las necropsias y la identificación”.
Desde Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aseguró que estos brutales asesinatos deben parar y para ello es importante coordinar una lucha conjunta entre los países de la región contra el crimen organizado.
“Este trágico episodio refleja la confluencia de dos fenómenos que afectan el desarrollo de América Latina y su sistema democrático: la acción del crimen organizado y la desprotección que viven tantos compatriotas latinos que emigran en busca de un futuro mejor”, dijo Insulza.
El funcionario dijo que espera que México haga “todo lo posible” para “frenar la acción nefasta del crimen transnacional” que le quitó la vida a estos emigrantes, provenientes de El Salvador, Honduras, Ecuador y Brasil.
