El gobierno de Bolivia recibió fuertes críticas después de que Estados Unidos extraditara por narcotráfico a un ex jefe antinarcóticos de la policía boliviana, detenido en Panamá.
Evo Morales renunció hace años al apoyo de Washington en la lucha antidrogas que lleva a cabo el país.
"Hay una serie de elementos que hacen pensar que la lucha contra el narcotráfico no está dando resultados", indicó el diputado de derecha, Andrés Ortega, quien planteó la salida del ministro del Interior, Sacha Llorenti.
El general René Sanabria está acusado de ser el líder de una banda internacional de traficantes. Sanabria era uno de los hombres de mayor confianza del gobierno en la lucha antidrogas: en 2008 fue director de la oficina nacional antinarcóticos y en 2011, tras jubilarse de la policía, jefe de una unidad de inteligencia del gobierno.
Sanabria fue detenido hace una semana en Panamá y luego extraditado por la agencia antidrogas DEA a Estados Unidos, donde un juez emitió una orden de captura internacional en su contra por comercio de droga.
Las actividades del general boliviano fueron detectadas por la DEA, la agencia norteamericana antinarcóticos expulsada por Morales a fines de 2008, precisamente cuando Sanabria era director de la oficina de lucha contra el narcotráfico (2007-2009).
El ex viceministro de Defensa Social, Ernesto Justiniano, considera que "cada vez hay más evidencias de que éste es un narcogobierno y que el narcotráfico ha penetrado en todas sus esferas".
"Por eso le pido a Evo Morales que cuando viaje al exterior revise si en su avión no le han cargado droga, eso sería lo último para este país", ironizó Justiniano en declaraciones a periodistas en Santa Cruz, este del país.
Sanabria también es sospechoso de encabezar una banda de una docena de policías bolivianos, y de embarcar y trasladar personalmente una cantidad no precisada de cocaína hacia EEUU, vía Chile.