Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua, no tendrá problemas para ser reelecto en las próximas elecciones, al menos eso auguran las encuestas locales.
Es por eso que los nicaraguenses en el exterior hacen un llamado para que viajen a su país y participen de las elecciones, ya que "es la única forma de que no exista fraude".
Según los porcentajes más recientes de la encuestadora Cid Gallup, el presidente nicaragüense de 66 años de edad encabeza los sondeos con un cómodo 48% de la intención de votos, contra un 30% de su rival más cercano, el empresario radial Fabio Gadea, y mucho más atrás en el tercer puesto el ex presidente Arnoldo Alemán, con un 11%.
Sin un panorama claro para la oposición nicaragüense, la lucha electoral se concentrará en aumentar su presencia en el legislativo, una batalla que Ortega también parece tener ganada.
Según la ley nicaragüense, un candidato ganará la presidencia con mayoría relativa de al menos el 40% de los votos, o un mínimo de 35% con ventaja de cinco puntos o más sobre su inmediato seguidor. Habrá segunda vuelta si ninguno alcanza esos porcentajes.
"Tenemos confianza plena en Dios y en nuestro pueblo que el éxito de estos años de gobierno nos permite afirmar que este proceso democrático va por buen rumbo. Es una realidad que se siente: un ánimo y aliento de celebración y ratificación del poder ciudadano", dijo la primera dama y portavoz oficial Rosario Murillo.
A diez días de los comicios, el entusiasmo en las calles es escaso, con una elección prácticamente decidida en favor del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En una Centroamérica con tasas de homicidios de 33,3 por cada 100.000 habitantes, la peor de América Latina y el mundo, Nicaragua figura por otro lado como el país más seguro de la región.
Sin embargo, la pobreza aún afecta al 45% de los 5,8 millones de nicaragüenses y la miseria (personas que viven con un dólar por día) a cerca de un 10%, según estudios privados y oficiales.