Mandatarios de toda Europa iniciaron el martes una cumbre de dos días en Islandia centrada en exigir cuentas a Rusia por su invasión a Ucrania y se aprestaban a aprobar un sistema que fije con precisión los daños que Moscú tendría que pagar para reconstruir la nación e indemnizar a las víctimas.
El Consejo de Europa, de 46 naciones y la principal organización de derechos humanos del continente, inauguró el martes su primera cumbre en 18 años. La reunión se centra en respaldar completamente a Ucrania, que es un estado miembro, y condenar a Rusia, que fue expulsada de la organización por infligir una guerra a su vecino.
“Damos el primer paso real en nuestro camino para encontrar una solución que compense estas atrocidades y daños que Rusia ha traído a Ucrania”, declaró el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal.
Aunque casi todas las naciones europeas han brindado apoyo militar a Ucrania o han recibido sus refugiados, el Consejo de Europa está en una posición única para coordinar el apoyo legal y judicial a Kiev.
“Si pensamos en términos de reconstrucción, es un elemento judicial de enorme importancia tener este registro de daños para darle justicia a las víctimas”, declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Decenas de los principales líderes de Europa llegaron a la lejana Islandia dispuestos a apretar los tornillos legales alrededor del Kremlin, después de que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, recibió muchos compromisos de equipo militar durante un largo fin de semana de gestiones diplomáticas en Italia, Alemania, Francia y Reino Unido.
En declaraciones por teleconferencia desde Kiev, Zelenskyy declaró a los líderes: “No habrá paz confiable sin justicia”. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió que todos los mandatarios reunidos allí “seguiremos brindando nuestro apoyo incansable a Ucrania”.
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