Sufrir de trastorno mixto de depresión y ansiedad e hipersomnia, en tiempos de cuarentena, puede sonar catastrófico. Para Ana María, al contrario, se ha convertido en una oportunidad para juiciosamente hacer ejercicios que le ayudan a controlar los síntomas que tanto la molestan.
Tiene prohibido dormir, ver televisión, acostarse en la cama, pero se las ha ingeniado para sentirse mejor. Aunque confiesa que a veces la situación se torna difícil o el sueño es más fuerte, trata de ver documentales, lee, medita, colorea, escucha música de relajación, sigue clases virtuales de baile y sale a caminar solo 20 minutos con su mascota -lo permitido en su ciudad-.
La cuarentena, dice la estudiante, “ha hecho que yo me sienta mejor porque estoy aislada y uno aprende a comunicarse con sus amigos por redes sociales, hay juegos y retos de Instagram y también ocupa la mente”.
“Se tienen que buscar actividades varias para para este tipo de cosas”, le dijo la joven de 22 años a la Voz de América.
Así como Ana María no ha visto inconveniente en que la cuarentena sea una etapa para cuidarse, la familia de Elizabeth también ha encontrado no solo la manera de resguardarse, sino de proteger a su hermana, quien padece de un síndrome no definido aun científicamente que afecta los órganos vitales.
“Aquí, abrimos las ventanas de la casa en la mañana, pero ella permanece encerrada en su cuarto; luego, las cerramos y ella sale porque el frío le puede hacer daño”, le contó Elizabeth a la VOA.
Es más, ellos han sabido aprovechar el tiempo y seguir tener reglas claras: “Hago mi rutina como si saliera de casa; me levanto, me ducho, desayuno y tengo mi espacio laboral. No trabajo en pijama ni desde la cama, ni en el comedor”. Su padres, por su parte, hacen ejercicio y establecieron algunas reglas, además, por salud mental: “Solo vemos noticias una vez al día; de resto, cero noticias, solo música lectura y ejercicio”, agrega Elizabeth, quien se desempeña como tesorera de una multinacional.
Ejercicio, para cuerpo y mente sanos
Para Vivian Rodríguez, la cuarenta también ha significado un espacio para hacer una de las actividades que más le apasionan: ejercicio.
Es entrenadora personal y profesora de danza, pero trabajar en un colegio y estudiar inglés, al mismo tiempo, han sido sus grandes trabas. Llegaba a casa a dedicarse a labores domésticas y a dormir.
Con 26 años de edad, no solo hace el ejercicio que había anhelado, sino que ahora dicta clases virtuales, a través de Instagram. “En este tema, he unido también a mi mamá y a las personas que quieren unirse desde casa para que también se les pase un poco más rápido el tiempo. Porque mientras uno hace ejercicio, pues el tema del tiempo fluye más… Te quitas ese pensamiento de encierro y, de verdad, te motiva a hacer algo diferente”, le contó Vivian a la VOA.
Además, trabaja con una empresa de entrenamiento personalizado que jamás había innovado en hacer rutinas virtuales y esta fue la oportunidad para proponer esta iniciativa: “Queremos seguirlo haciendo porque la gente depronto debe tener presente, obviamente el lavado de manos y una muy buena alimentación para tener nuestro cuerpo fuerte ante esta situación, pero que además el ejercicio ayuda a mejorar el sistema inmunológico de nuestro cuerpo”, agrega la entrenadora.
La acogida ha sido, además, muy positiva, pues cuenta que los comentarios que han recibido es de agradecimiento por hacer “este aislamiento mucho más llevadero”.
Nuevos proyectos
Y así como para algunos la cuarentena sirve para ejercitarse, para otros es el momento de desempolvar o sacar adelante proyectos que estaban ‘guardados en el baúl’.
Isidro es comunicador y periodista; ahora, desde la comodidad de su casa, le dedica dos horas diarias a sacar adelante un Podcast llamado ‘Sin etiquetas’, que busca visibilizar la experiencia de personas que deben o quieren reinventarse, por voluntad propia o porque una situación los ha obligado a hacerlo.
“Siento que no estamos preparados para hablar de esa reinvención, como en este caso lo que nos está pasando con la cuarentena, que muchos no estamos acostumbrados a trabajar desde casa. Entonces, tenía ese proyecto en mente, desde el año pasado, quería hacerlo pero siempre lo dejaba como en ‘stand by’”, explicó Isidro a VOA Noticias.
Además de leer y seguir con las obligaciones de sus dos trabajos, dice que la cuarentena y el hecho de estar en casa “me hace sentir un poco más relajado, un poco más contento, sin el estrés de la oficina. Necesito esto para escribir mucho mejor”, confiesa.
Al igual que Isidro, para Lida -diseñadora gráfica- este tiempo ha sido sagrado, pues aunque hace mucho estudió fotografía y ha adquiriendo, poco a poco, sus equipos, hasta ahora se está atreviendo crear su propio laboratorio de fotos.
“He pensando que más adelante, me gustaría dedicarme a esto”, dice Lida, quien pertenece a grupo de fotógrafos aficionados; durante la cuarentena, hace recetas que nunca había preparado y toman su respectivo registro fotográfico. “Así practico cocina y fotografía”, dijo a VOA Noticias.
Cada día y medio, prepara un plato y hace la respectiva producción. Se ha programado como una rutina de trabajo. “Es como si fuera a la oficina”.
Las fotos, cuenta, serán muy útiles en el futuro: “Tengo un proyecto en el que he estado pensando trabajar de a poco; en este momento, no lo voy a hacer porque estamos en un momento muy difícil, pero sí a largo plazo. Prepararía algo para el encargo de comida y recetas tradicionales”, afirma.
Las fotos de esos productos, dice ella, quiere que sean propias y de gran calidad. Así mismo, se ha dedicado a hacer fotos de plantas, otras de sus grandes pasiones.
¿Qué dicen los expertos?
Nubia Muñoz, subdirectora de enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia afirma que el aislamiento preventivo “constituye un factor de riesgo en salud mental, toda vez que se acompaña de numerosos temores a la enfermedad (…) a la incertidumbre frente a cómo se manejarán las circunstancias y qué curso tendrán”. Así como la imposibilidad de movilizarse y de cambios de rutinas.
Situaciones que pueden generar síntomas y condiciones de salud mental, depresivos, ansiosos, exacerbar problemas y trastornos mentales en las personas que ya los tenían. Sin embargo, señala que es importante saber que “el aislamiento no significa soledad ni inmovilidad”.
Blanca Mery Sánchez, máster en neurociencias, dice que las personas optimistas están viendo la cuarentena “como la oportunidad de conectar con la familia, de aprender cosas que en otro instante no podían hacer”.
Añade que quizás a los latinos, por el ambiente tropical en que se desempeñan, les cuesta quedarse quietos. No obstante, dice que “cuando las personas han encontrado el sentido y el por qué quedarse en casa, han empezado a difundir, incluso, entre ellos mismos la importancia de hacerlo”.
La experta dice que, este periodo de aislamiento debe servir para adquirir habilidades que necesita cada persona, fortalecer “algo que sepamos que nos va a servir después de que pase todo para reinventarnos”. Corregir, por ejemplo, “si somos impulsivos, ansioso o estresados”. Y potencializar aquellos que nos hace mejores.
Muñoz también aconseja mantener la conexión con otras personas distintas a las del hogar, expresar las emociones y usar los medios digitales para encontrarse con otros, fuera del ámbito laboral.
Comunicarse con los seres queridos y hablar sobre las sensaciones de cada uno. Crear nuevas rutinas e interiorizar que el aislamiento es “un acto heroico para salvar y para cuidar la salud de los otros. está en nuestras propias manos”. Por eso, es el momento de ser empático y generar solidaridad, sin discriminar a quien está enfermo.
La experta también recomienda informarse, pero no en exceso. “Se aconseja que, en familia, se decida un horario y una fuente para ver las noticias relacionadas con la progresión del brote en nuestro país y en el mundo”.
