Cerca de 1,8 millones de cubanos pasarán a trabajar al sector privado mediante el sistema de cooperativas, en su mayoría, a lo largo de los próximos cinco años.
Esta es una de las medidas económicas que acompañan a la reforma presentada por Raúl Castro, según señaló la ministra de Finanzas, Lina Pedraza, en su informe ante el Parlamento.
Con este traspaso de fuerzas, casi el 50% de la población alcanzará el llamado sector no estatal, lo que supone que 5,2 millones de cubanos en una población de 11,2 trabajarán de forma privada o en cooperativa.
El plan propone el cierre de 500.000 empleos estatales (de 4,2 millones en 2009) antes de abril, en un proceso gradual que abarcará más de un millón en los próximos años.
Además, el gobierno autorizó en octubre de 2010 la apertura de licencias para 178 oficios, en pequeñas y medianas empresas y cooperativas urbanas, a fin de que absorban a buena parte de los desempleados.
Según el ministerio del Trabajo, desde que se decretó la ampliación del trabajo privado, más de 80.000 personas solicitaron licencias y otras 20.000 se mostraron interesadas.
Los cambios, en busca de eficiencia y desestatizar la economía, contemplan también la entrega en usufructo de parcelas de tierra cultivable, autonomía a las empresas estatales, la eliminación de subsidios estatales y apertura a la inversión extranjera.