Disidentes y líderes de la iglesia católica cubana informaron que el gobierno de Cuba aceptó trasladar a prisioneros políticos a cárceles más cercanas a sus lugares de residencia y transferir a reclusos enfermos a hospitales donde puedan ser atendidos.
La presunta decisión se conoce pocos días después de que el presidente de Cuba, Raúl Castro, se reuniera con el jefe de la Conferencia de Obispos Católicos Cubanos, arzobispo Dionisio García y con el jefe de la iglesia católica cubana, cardenal Jaime Ortega.
Guillermo Fariñas, periodista de oposición encarcelado y quien lleva a cabo una huelga de hambre desde el 23 de febrero, ha dicho que pondrá fin a su medida de presión cuando el gobierno de una fecha para las transferencias.
No está claro cuántos prisioneros serán trasladados.
El gobierno cubano no ha confirmado los planes de transferencia.
Grupos de derechos humanos calculan que Cuba tiene por lo menos 200 personas en prisión por cargos políticos.
Por su parte, las autoridades cubanas afirman que no tienen prisioneros políticos sino “mercenarios” que presuntamente trabajan para Estados Unidos con el objeto de socavar el comunismo cubano.
