Después de la reunión en la Casa Blanca con el presidente de EE.UU., Barack Obama, los mandatarios centroamericanos esperan que se cumplan los compromisos para solucionar la crisis fronteriza.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo que hay “mucha expectativa” en el Triángulo Norte centroamericano tras el encuentro con Obama.
El mandatario dijo estar satisfecho de que EE.UU. haya coincidido con Centroamérica sobre las responsabilidades compartidas no sólo en cuanto a la emigración, sino también respecto del crimen organizado y narcotráfico que afectan a la región.
“Por primera vez (...) escucho algo generalizado, tanto en el Congreso como en la Casa Blanca, de que el problema del crimen organizado es un tema de responsabilidad compartida”, afirmó Hernández, citado en el periódico hondureño El Heraldo.
Por su parte, el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, dijo que la tarea ahora es erradicar la idea de los centroamericanos que emigrando al norte los menores tendrán asegurado quedarse en EE.UU.
“La coyuntura de la niñez migrante no acompañada es un asunto no sólo de Estados Unidos, sino de nuestros países. Queremos desmontar de la sociedad salvadoreña la expectativa de que las personas arriesguen a sus hijos a una trayectoria tan peligrosa. Lo estamos logrando, [ya que] se han reducido en un 50% los niños detenidos en la frontera”, dijo Sánchez Cerén en declaraciones publicadas por La Prensa Gráfica.
Hernández añadió que “hay voluntad de trabajo” tanto de Centroamérica como de Estados Unidos para buscarle una salida al problema de la emigración infantil.
“Hay un punto importante y es el reconocimiento público del presidente de Estados Unidos, de líderes de la Casa de Representantes y del Senado de ambos partidos que esta es una responsabilidad compartida y diferenciada”.
Según Hernández, la Casa Blanca se comprometió a entregar $300 millones de dólares para atender a los 57 mil menores no acompañados de Honduras, Guatemala y El Salvador que podrían ser deportados desde Estados Unidos.
“Esperamos que el Congreso americano apoye estos recursos porque nosotros no teníamos presupuestado cómo atender este volumen de niños y familias que están siendo repatriados, son nuestros compatriotas, asumimos la responsabilidad y hay todo un esfuerzo para atenderlos”.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, dijo al salir de la reunión que “el presidente Obama nos pide que estemos preparados para recibir a los niños; en Guatemala hemos estado preparándonos”, refiriéndose a la instalación de dos centros para retornados y la asignación de fondos para atenderlos y llevarlos a sus hogares.
La ayuda a Centroamérica depende de si el Congreso aprueba los $3,7 mil millones de dólares solicitados por Barack Obama para atender la crisis.
Tras la reunión, Obama dijo que “tengo la esperanza de que [el líder de la Casa de Representantes, John] Boehner y los representantes republicanos no dejen la ciudad por el mes de agosto por sus vacaciones sin hacer algo para ayudar a resolver este problema.
“Necesitamos acción y menos palabras”, agregó.