“Yo tengo tres hijos y mi esposa, pero no tenemos qué comer y obviamente tampoco hay empleo, entonces, el llamado a nuestro gobierno es que por favor, nos dejen entrar y nos den ayuda”: dice con voz entrecortada Ómar Enrique Ramírez, un venezolano de 35 años que llegó, después de una larga travesía con su familia desde Ecuador.
Llegaron a Cali y allí “varados” y en condición de calle, lograron embarcarse en uno de los 10 buses que desde la capital del Valle del Cauca, en Colombia, salieron rumbo a la frontera con Venezuela. Con él fueron 200 personas y 17 menores de edad más, que iniciaron el recorrido en un corredor humanitario, liderado por la Alcaldía de Cali, al priorizar a familias completas con niños, mujeres gestantes, adultos de la tercera edad y el segmento de esta población más vulnerable.
“Llevan un kit de alimentación, de aseo y de bioseguridad para que no tengan que bajarse del bus, que tiene las condiciones que les permitan a ellos estar tranquilos, solamente va una persona por asiento y eso les va a permitir descansar”, anotó Fabiola Perdomo, secretaria de Bienestar Social.
Todos portaban un brazalete que certificaba su estado de salud. A todos se les realizó el tamizaje exigido por Migración Colombia. De acuerdo con la Alcaldía de Cali, para esta operación, que contó con el apoyo de Migración, la Cancillería y el Ministerio de Defensa, se invirtieron más de 70 millones de pesos.
Fabiola Perdomo, dijo además que a los migrantes se les garantizó la alimentación durante su recorrido hasta Cúcuta. “Llevan agua, llevan leche en polvo para los niños, atún, galletas y kit de frutas para cada uno”.
Frente a la posibilidad de que nuevos migrantes regresen a su país, la funcionaria dijo que están pendientes temas presupuestales y los turnos que otorgue Migración para que más venezolanos puedan salir de Cali.
La demanda ya superó la capacidad institucional. Muchos venezolanos continúan en los alrededores del Centro Administrativo Municipal (CAM), a la espera de un turno que les permita volver a casa.
Ante una eventual llegada masiva de estos ciudadanos, desde el Ecuador, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, anunció que de ser necesario, cerrarían los ingresos por el sur de la ciudad.
“Si no se lograse contener la población que ingresa por la porosidad de la frontera con el Ecuador nos tendríamos que ver obligados a bloquear los ingresos a la ciudad de Cali por el sur, de tal manera que se comprenda que no somos una sociedad xenofóbica, ni racista, pero en momentos de crisis cuando los números de contagio por Coronavirus se siguen incrementando es importante consolidar las estrategias de bloqueo”, puntualizó el alcalde.