La epidemia de coronavirus en China continuó este jueves sumando víctimas, a pesar de los esfuerzos de las autoridades de Beijing y el resto del mundo para encontrar una cura, o al menos un remedio, que frene la aparición de nuevos casos y ayude a reducir la propagación.
Las cifras más recientes divulgadas por China son de 563 muertos y más de 28.000 infectados, y aunque fuera de su territorio se han registrado solamente dos muertes, el número de casos ya asciende a 260.
Como no existe una cura efectiva para la enfermedad, que provoca fiebre, tos, problemas respiratorios y, en casos graves, neumonía, las autoridades de salud de China y Estados Unidos tratan de desarrollar una vacuna, la cual, según los laboratorios podría tardar meses.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, advirtió el miércoles que hasta ahora no existe un remedio específicamente efectivo para combatir el virus.
Por lo pronto, China aprobó ensayos clínicos con la droga antiviral Remdesivir, fabricada por el laboratorio estadounidense Gilead Sciences Inc., que según la agencia noticiosa oficial Xinhua iba a comenzar a suministrarse a los pacientes este mismo jueves.
Hasta ahora lo más que se puede hacer es tomar medidas de aislamiento e impedir que los infectados entren en contacto con otras personas.
A pesar del aumento de los casos en China y el extranjero, la OMS ha dicho que la epidemia no ha alcanzado aún el nivel de una pandemia.
China se está convirtiendo poco a poco en un país encerrado en medidas de protección donde decenas de millones de personas en diversas ciudades están en cuarentena y en el resto de los centros urbanos, como en la capital Beijing, se notan muchas menos transeúntes en las calles y casi todos usan mascarillas.
Las autoridades chinas confían en que son capaces de derrotar al virus, pero el resultado ha sido una disminución de las actividades generales, en las fábricas, las escuelas, los espectáculos y eventos deportivos, y el movimiento de personas.
Todo en el país gira actualmente en controlar la epidemia e impedir que se propague con fuerza fuera de sus fronteras.
En Wuhan, donde apareció el virus el mes pasado, terminó la construcción en tiempo récord de un nuevo hospital con 1.500 camas. Hace unos días, se inauguró otro con 1.000 camas que ya empezó a recibir enfermos.
A pesar de ello, el sistema de salud pública de Wuhan sigue abrumado por los millares de enfermos.
Fuera de China, dos buques cruceros con más de 5.000 personas a bordo estaban en cuarentena en puertos de Hong Kong y Japón.
Diez pasajeros infectados por el coronavirus en el Diamond Princess, en el puerto japonés de Yokohama, fueron trasladados a hospitales y se examinaba a otros a bordo que exhibían síntomas o habían tenido contacto con personas infectadas.
El virus ha trastornado también el transporte aéreo, con más de 20 aerolíneas que han suspendido o recortado sus vuelos a China y varios países, como Estados Unidos, que han prohibido la entrada de cualquier persona que haya estado en China en las últimas dos semanas.