Los demócratas ganaron la mayoría de escaños en la Cámara de Representantes, ahora solo necesitan un presidente.
El enfrentamiento por el intento de Nancy Pelosi de recuperar el mazo se intensificó mientras los demócratas abandonaban Washington para el receso del Día de Acción de Gracias en lo que se ha convertido en un perturbador final para la triunfante semana que los vio dar la bienvenida a una histórica clase de nuevos legisladores al Congreso y prepararse para tomar el control de manos de los republicanos.
El presidente Donald Trump ofreció ayuda, indicando el sábado que él puede “ofrecer un maravilloso servicio” al redondear los votos republicanos para la candidatura de Pelosi. Trump afirmó que a él genuinamente le agrada Pelosi y que espera trabajar con ella, pero es casi una proposición inaudita viniendo del partido que dibujó a a demócrata de California como la villana principal en la campaña electoral.
“Ayudaría a Nancy Pelosi si ella necesita algunos votos”, dijo Trump a reporteros en la Casa Blanca antes de partir a California. “Me gusta, ¿puedes creerlo? Me gusta Nancy Pelosi. Es dura y es inteligente, pero merece ser la presidenta (de la Cámara Baja), y ahora ellos están jugando con ella, como si estuvieran jugando conmigo”.
Pelosi, quien fue la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes y sirvió desde 2007 al 2011, está segura de que tendrá el puesto de nuevo. La semana pasada rechazó la sugerencia de que podía contar con el apoyo de los republicanos para ayudar acumular la mayoría en necesaria en enero cuando los demócratas tomen el control de la Cámara después de la victoria en las elecciones de este mes.
“Oh, por favor, no, nunca, nunca, nunca”, dijo.
El sábado, Trump incluso tuiteó el nombre del congresista republicano, Tom Reed de Nueva York, quien ha dicho que él puede estar dispuesto a apoyar a Pelosi si ella se compromete a cambios que restructurarían el poder de la Cámara de Representantes.
Reed es parte de Problem Solvers Caucus, cuyos miembros han abordado la idea como una demostración de bipartidismo para ayudar a reformar el Congreso. Reed apoyó el tuit de Trump a pesar de que los legisladores republicanos consideran que apoyar a Pelosi los abriría a críticas en su propuesta reelección de 2020 por apoyar a alguien que su base ha criticado.
“El presidente entiende que el Congreso está roto”, afirmó el vocero de Reed, Will Reinert. El legislador ha dicho por meses que “está abierto a votar por cualquiera que prometa reformar la Cámara de Representantes para el pueblo estadounidense”.
Pelosi se reunió con un grupo la semana pasada, pero no con Reed u otros republicanos.
“Pelosi ganará la presidencia con votos demócratas”, dijo su vocera Drew Hammill el sábado.
Se espera que Pelosi haga una campaña por teléfono desde California durante este receso después de reunirse en privado con los recién electos demócratas que pudiesen ser cruciales para su postulación. Sus contrincantes estaban igualmente seguros de tener los votos para detener su ascensión.
Por ahora, la oposición proviene de un grupo de demócratas descontentos, la mayoría hombres. Con la votación de prueba que se acerca a finales de noviembre, y al menos un potencial oponente de Pelosi surgiendo, los demócratas se enfrentan a la perspectiva incómoda de una disputa interna que la elección del presidente de la Cámara el 3 de enero puede alargar por semanas.
“Creo que el caos es bueno si es productivo. Creo que el caos es malo si es disruptivo y nos divide mucho”, dijo la congresista demócrata Pramila Jayapal, copresidenta del Congressional Progressive Caucus, cuyos líderes estaban optimistas después de una reunión con Pelosi la semana pasada.
Legisladores recién electos indicaron que han tenidos buenas reuniones con los líderes, aunque pocos han dicho que las conversaciones cambiaron su forma de pensar.
“No se trata de ella, se trata de querer nuevo liderazgo”, dijo la congresista electa por Virginia Abigail Spanberger, una exfuncionaria de la CIA quien venció al congresista republicano Dave Brat en los suburbios de Richmond. “No hay nada que ella pueda decir, porque la decisión no es sobre ella”.
El congresista electo de New Jersey Jeff Van Drew afirmó que tuvo una reunión “placentera”, pero mantiene su “no” para Pelosi. Él es uno de los 17 demócratas que firmaron una carta oponiéndose a ella. Van Drew dijo que hablaron sobre sus distritos y qué comités le gustaría servir. “No me siento bajo presión”, dijo.
Pelosi también se reunió con la congresista Marcia Fudge, demócrata de Ohio, una potencial rival por la presidencia de la Cámara quien dijo que sostuvieron “una abierta y franca discusión”.
Fudge dijo que ella probablemente decida después del Día de Acción de Gracias si se postulará.
“En su favor, ella quería saber cuáles eran mis preocupaciones”, dijo Fudge. “Lo que me preguntó fue, básicamente, como podemos llegar al punto donde soy de ayuda.”
Una pregunta de algunos demócratas es qué, exactamente, Pelosi quiso decir cuando dijo que intentará ser una líder transicional, un puente a una nueva generación. Ella ha liderado el partido por 15 años.
Si fuese por gran parte del Partido Demócrata, Pelosi fácilmente ganaría. La ven como una líder calificada y comprobada preparada para confrontar a Trump y cumplir con las prioridades.
Pelosi, de 78 años, fue presidenta de la Cámara por primera vez después que los demócratas tomaron el control del Congreso en la elecciones de medio término durante el segundo periodo del expresidente George W. Bush. Con el presidente Barack Obama, ella fue fundamental en la aprobación de la Ley del Cuidado de Salud Asequible en 2010.
Con una estrecha mayoría demócrata de 231 puestos en la Cámara de 435 miembros, Pelosi no tiene mucho margen para asegurar los 218 que necesita, asumiendo que todos los republicanos voten en su contra, como se espera que suceda. Cabe anotar que algunas contiendas por la Cámara Baja aún no han sido decididas y los demócratas podrían aumentar su mayoría un poco más.
Hay un chance de que las matemáticas puedan cambiar a favor de Pelosi si los legisladores se ausentan o simplemente votan “presente”, lo que significa que necesitaría un poco menos de 218 para la absoluta mayoría.