Tercer día y la Cámara de Representantes aún sin presidente. Sigue el impasse entre los republicanos con el líder Kevin McCarthy, quien ofreció nuevas concesiones a una banda de rebeldes conservadores, en un esfuerzo desesperado por asegurar los votos para convertirse en presidente de la Cámara.
Después de perder seis votaciones durante dos días, McCarthy accedió en privado a más demandas de los rebeldes: cambios que debilitarían considerablemente la presidencia. Uno permitiría, por ejemplo, que un solo legislador podría forzar una votación anticipada para expulsar al presidente.
John James, legislador republicano de Michigan dijo a sus colegas: “Estamos atrapados en un malestar, en un impase, y nos quedaremos aquí, no podremos luchar las verdaderas peleas conservadoras hasta que encontremos una manera de unirnos y combatir esa misión juntos”.
A pesar de las concesiones, McCarthy siguió sin tener los 218 votos suficientes para asegurarse la presidencia de la Cámara. Y el miércoles, en las nuevas votaciones, el republicano fracasó otra vez. Los conservadores se quejaron de las filtraciones sobre lo que ofreció McCarthy.
Scott Perry, legislador republicano de Pensilvania en Twitter: “No hay un trato. Cuando se traicionan las confidencias y se dirigen las filtraciones, es aún más difícil confiar. Totalmente insatisfecho. No cederé al orden establecido”.
Algunos republicanos acusaron a los demócratas de estar fomentando las divisiones, burlándose de las votaciones disfrutando de popcorns y tomando alcohol. Alexandria Ocasio Cortez, legisladora de Nueva York replicó en Twitter a estas acusaciones: “Si los demócratas tomaran un trago por cada vez que McCarthy pierde a un republicano, ya estaríamos todos inconscientes”.
Las negociaciones siguen, pero los conservadores no dan marcha atrás. Es la votación más larga desde 1859, más de 150 años, y no se sabe cuándo podrá terminar el impase y el congreso empezar finalmente su trabajo. Continúan las negociaciones para obtener los 4 votos que faltan a Kevin MCarthy para ganar. Sin embargo, algunos conservadores dejaron en claro que no quieren cambiar sus posiciones: para ellos, McCarthy no puede ser el presidente de la Cámara y hay que buscar otros nombres. El de Steven Scalise, otro líder republicano, podría ganar más respaldo que McCarthy.