Funcionarios estadounidenses que informaron el martes al Congreso sobre Irán intentaron convencer a los legisladores de que el gobierno del presidente Donald Trump quiere disuadir la agresión de Teherán, no atacar a la república islámica, dijeron miembros del Congreso.
"Espero que estén reduciendo (la retórica). Trataron de dar esa impresión", dijo a los reporteros el Representante Eliot Engel, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, después de la sesión informativa para la Cámara de Representantes.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, estuvo entre los funcionarios que informaron a los legisladores acerca de que Irán es responsable de sabotear a cuatro buques petroleros y de atacar la pasada semana a dos estaciones saudíes de bombeo de petróleo.
Los funcionarios del gobierno ofrecieron una sesión informativa similar, también a puerta cerrada, para el Senado el martes.
"No hay intención de ir a la guerra en la región", dijo a la prensa el representante Mike McCaul. "Esta es una operación disuasiva para detener la escalada y la agresión de Irán", agregó.
El presidente Donald Trump aludió el lunes a las actitudes de Irán: "Así que con Irán veremos qué sucede, pero han sido muy hostiles realmente. Han sido el principal provocador de terror en este país, pero ciertamente nuestra nación ha estado muy involucrada en el tema porque estamos tratando de ayudar a mucha gente y no me importa en lo absoluto, no tenemos ninguna indicación de que algo haya sucedido o sucederá, pero si sucede, obviamente se responderá con gran fuerza, no tendremos otra elección".
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El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, respondió a lo que llamó "burlas genocidas", y recordó a Trump que los iraníes se mantuvieron firmes durante milenios, mientras que todos los agresores desaparecieron.
Líderes iraníes sostienen que no quieren la guerra, pero hasta ahora no han mostrado interés en sostener conversaciones con Estados Unidos.
La administración Trump recientemente envió un portaaviones y otros recursos militares a la región del Golfo Pérsico, y retiró al personal no esencial de Irak, lo que generó alarma entre los demócratas y algunos republicanos en el Capitolio sobre la posibilidad de una confrontación con Irán.
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