La ciudad de Nueva York vive un tiroteo casi a diario, según reportes policiacos. La violencia armada empujó a la administración estatal a expandir la llamada Ley de Bandera Roja, que permite a la policía e incluso a doctores y a profesores, obtener una orden judicial para que se le confisquen las armas, aunque hayan sido obtenidas legalmente, a quienes presenten una conducta riesgosa.

Más de 9 locaciones con altos índices de tiroteos, son objetivos primordiales de las autoridades. La nueva legislatura también restringe la compra de armas a personas con síntomas de que puedan representar una amenaza pública. Cansados de lidiar con el peligro en las calles, algunos residentes de la gran manzana incluso abogan por normas más rigurosas.

Nueva York lidera el país con las leyes más estrictas en cuanto al porte de armas. Hace apenas unos días, el alcalde Eric Adams ratificó la protección de zonas libre de armas en Times Square y otras áreas sensibles de la ciudad.

El estado también triplicó el presupuesto para la lucha contra la violencia armada a 227 millones de dólares, fondos que las autoridades esperan contribuyan al declive del peligro con armas de fuego. Ángela González, Voz de América, Nueva York.