En la región de Cataluña, en el noreste de España, es tradición que cada 23 de abril se celebre Sant Jordi. Es una festividad de carácter popular que combina el día de los enamorados y el día del libro. La tradición marca que los hombres deben regalar un libro a las mujeres, y ellas obsequian a los hombres con un libro.
Sant Jordi en cuarentena:
La estampa habitual de gente aglomerada en las calles comprando libros y rosas ha cambiado por completo. La crisis originada por el coronavirus y la consecuente extensión del estado de alarma han provocado que este año Sant Jordi se viva en confinamiento.
Cristina Mansilla dice a la Voz de América que es la primera vez que vive un Sant Jordi en casa: “Normalmente, en este día salimos a la calle y lo aprovechamos para pasear en las paradas de rosas y libros. Disfrutamos del día en la calle, comprando el pan tradicional de Sant Jordi, y nos encontramos con la familia, intercambiándonos los libros y las rosas”.
Cristina es madre de dos niñas de 4 años. A diferencia del año pasado, esta vez no han podido vivir la festividad en la escuela: “Hemos hechos trabajos manuales. Les he recordado la tradición, contándoles la leyenda y cantando canciones.(…) No hemos salido a la calle pero lo hemos vivido desde casa” explica Cristina.
Elisenda Liñán y su pareja tenían planeado casarse hoy, pero debido a la pandemia, tuvieron que cancelar sus planes: ¨Nos gusta mucho Sant Jordi porque es un día muy festivo, muy bonito, en el donde la cultura y el amor son los protagonistas”. explica la catalana. “Además, hoy hace 28 años que mis padres se casaron. Mi pareja y yo queríamos hacerles un homenaje y casarnos el mismo día”. Desafortunadamente, los jóvenes han tenido que posponer su boda hasta septiembre.
Teresa Jordá ha vivido 77 festividades de Sant Jordi, pero es la primera vez que lo vive desde casa. “Los años anteriores la tradición era que mi yerno me trajera una rosa. Por la tarde salía a dar una vuelta a ver los libros que vendían e iba a merendar con unas amigas. Este año no he podido hacer nada de esto a causa del confinamiento”. “Nos hemos enviado imágenes y videos de rosas por teléfono” explica. “Aunque llueva o haga sol, Sant Jordi es un día que me encanta. Por eso mi primer hijo se llama Jordi” añade.
A causa de la emergencia creada por el coronavirus, las editoriales se han reinventado para seguir vendiendo libros en uno de los días que más facturan. Para mantener vivo el espíritu de la lectura, a lo largo del día se han llevado a cabo encuentros virtuales con escritores en distintas plataformas. El Gremio de Libreros de Cataluña, animó a la gente a través de redes sociales a que compraran libros en línea y, posteriormente, felicitó a los consumidores por el apoyo recibido.
El Gremio de Floristerías de Cataluña también hizo una valoración positiva de la jornada. Tal y como indica el diario digital catalán El Nacional, “prácticamente se ha doblado la previsión de ventas y se ha cerrado el día con una cifra que supera las 500.000 rosas vendidas. Las floristerías no podían trabajar más ni acceder a más rosas”.
Desde su creación el 23 de abril de 1931, en la Barcelona republicana, nunca se había cancelado Sant Jordi. Las autoridades anunciaron que este año la festividad se pospondría al 23 de julio.
¿Cómo se vive un Sant Jordi tradicional en Barcelona?
En Sant Jordi se respira alegría. Aunque si no cae en fin de semana y se trata de un día laborable, al terminar la jornada laboral y escolar, tanto pequeños como mayores salen a las calles para disfrutar del clima festivo y comprar rosas y libros para sus seres queridos. Cada esquina tiene un puesto con floristas: la rosa tradicional es de color rojo, pero también se pueden adquirir rosas azules, blancas, amarillas… hasta venden rosas que mezclan varios colores. El ambiente se llena de aromas florales y frescura.
Según datos del ayuntamiento de Barcelona, durante el día de Sant Jordi las floristerías venden el 40% de las rosas de todo el año.
Además de las rosas, los libros son los protagonistas del día. Aunque esta festividad se celebra en toda la región catalana, Barcelona es el lugar donde más libros se venden. También, en el centro de la ciudad, se organizan numerosas firmas de libros para que los consumidores puedan tener su libro personalizado.
El origen de la festividad:
Hay varias leyendas en torno al origen de la festividad, pero una de las más divulgadas es la del pueblo de Montblanc, en Cataluña.
La historia cuenta que, siglos atrás en ese pueblo, apareció un malvado dragón que se comió todos los rebaños del pueblo. La población estaba hambrienta y atemorizada. Los caballeros más valientes intentaron matarlo, pero el dragón los vencía con facilidad.
A causa del terror que el dragón imponía en toda la villa, el rey convocó a todo el pueblo y se acordó hacer un sorteo entre los habitantes del pueblo. La persona que saliera elegida sería entregada al terrible dragón.
Sin embargo, la escogida mediante el sorteo fue alguien que nadie esperaba: la bella princesa. Nadie quería que ella fuera entregada, pero ella quería cumplir con la palabra de su padre.
Después de despedirse de la gente de la corte y del pueblo, se fue para la cueva del dragón. Cuando el dragón estaba a punto de devorarla apareció un valiente caballero llamado Sant Jordi. Después de una intensa lucha entre el animal y el apuesto Sant Jordi, el hidalgo salió victorioso al clavar la espada en el corazón del dragón.
Se cuenta que de la sangre de la bestia nació un rosal, del cual Sant Jordi tomó una flor y la regaló a la princesa, y poco después, se casaron y vivieron felices.