Cada año, a principios de noviembre, guiados por velas y flores de cempasúchil, los espíritus llegan a celebrar con los vivos.
Por eso, la celebración del "Día de los muertos" es tan importante tanto para mexicanos como otros latinoamericanos. Es una oportunidad, no sólo para recordar y venerar a sus seres queridos que ya han fallecido, sino también una oportunidad de compartir con ellos.
En México y Centroamérica, la celebración es de dos días, el primero de noviembre en el llamado "Día de los Inocentes" se honra a los que fallecieron de niños y el dos de noviembre se celebra el "Día de los Muertos".
En el "Día de los Muertos" se acostumbra colocar altares con fotos de seres queridos, comida y bebida que fueron del gusto del defunto, cempasúchil y velas para iluminar el camino para ellos. También se realizan procesiones hacia al cementerio para visitar a los muertos. Algunas personas les llevan flores u otros regalos.
En Estados Unidos, el que haya casi 13 millones de mexicanos –así como muchos mexicoamericanos y centroamericanos– residiendo aquí, ayuda a que se mantenga viva la tradición.
En Los Angeles, California, por ejemplo, el evento el "Día de los Muertos" en el cementerio Hollywood Forever ofrece un espacio para que miembros de la comunidad –de cualquier nacionalidad– construyan altares y así celebren a sus "muertitos".
Liliana Rosas, mexicana de 28 años, es una de las organizadoras. Según ella, su familia siempre ha seguido esta tradición y piensa que es importante compartirla.
“Me encanta el hecho que mi familia se reúna y rece por mis abuelos. Me enriquece mucho”, le dijo Rosas a la Voz de América. “Y quiero que otras personas tengan la misma experiencia”.
Este año, en su décima edición, el evento contó con más de 200 altares.
Desde West Lafayette, Indiana, hasta Dallas, Texas, habrá celebraciones para los difuntos que incluyen danzas tradicionales mexicanas, procesiones y altares comunitarios, como en el caso de una celebración en la Iglesia San Marcos en el Bowery de Nueva York, organizada por la organización cultural "Mano a Mano".
Según la profesora Emily Socolov, una de las organizadoras, unas 4.000 personas participarán en actividades como una precesión y talleres de artesanías para aprender a hacer calaveras de azúcar y chocolate en el transcurso de cuatro días.