La exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, y el senador por Vermont, Bernie Sanders, dominaron por mucho el primer debate presidencial del Partido Demócrata, preservando en gran medida, sus estatus de favoritos, de acuerdo a algunos analistas.
Marco Rubio: Fue como volver a los 80
Marco Rubio: Fue como volver a los 80
El senador Marco Rubio dijo que el debate demócrata “de no ser por la [imagen en] ‘hi-def’ habría pensado que era de 1985”.
“Si uno ve el debate de anoche, pareció como algo de principios de los 80. Básicamente fue un debate de liberal contra liberal sobre quién ofrece más cosas gratis”, dijo Rubio en el programa Fox & Friends de la cadena Fox.
Para ellos, agregó el candidato republicano a la presidencia, “la respuesta a cada problema en Estados Unidos en un programa de gobierno y aumento de impuestos”.
Clinton y Sanders, quienes estuvieron acompañados de tres candidatos menos conocidos, debatieron durante dos horas en un casino de Las Vegas sobre temas como el control de armas, política económica y el papel de las fuerzas armadas de EE.UU. en el mundo.
Los emails de Clinton
Pero al principio del debate los grandes rivales inesperadamente pudieron encontrar terreno común sobre el uso de un servidor privado de correos electrónicos por parte de Clinton durante su tiempo como Secretaria de Estado, un tema que se ha convertido en una distracción persistente durante toda su campaña.
“Déjenme decirles algo que quizá no sea de gran política –dijo Sanders—pero creo que la Secretaria tiene razón, y esto es que el pueblo estadounidense está cansado de oír hablar de tus malditos emails”.
Clinton, quien había pedido perdón por el tema, de nuevo reconoció que haber usado un email privado “no fue la mejor decisión”, pero también intentó presentar a la comisión legislativa que investiga el tema como partidista.
“La comisión es básicamente un brazo del Comité Nacional Republicano”, dijo Clinton.
Los dos candidatos, en cambio, se enfrentaron por el control de armas, otro tema que ha estado al frente de las discusiones políticas luego de varias matanzas recientes.
Cuando se le preguntó a Hillary, si Sanders ha sido lo suficientemente fuerte sobre el tema de control, Clinton respondió: “No, para nada”, haciendo notar los votos que Sanders ha dado en el Congreso en contra de la revisión de antecedentes penales de los compradores de armas.
Sanders se defendió recordando que su apoyo a los controles le ha valido una calificación de “D-menos” de parte de la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso grupo de cabildeo que defiende a los dueños de armas.
El socialismo de Sanders
De igual manera, presionado por los moderadores sobre si sus puntos de vista liberales lo hacían ver demasiado extremista para ganar una elección, Sanders respondió con su usual diatriba en contra de la creciente inequidad económica y lo que considera como excesiva influencia de la élite adinerada.
También se refirió a los países escandinavos –específicamente su cobertura de salud universal y generosos beneficios para los trabajadores—como un modelo de prácticas gubernamentales que le gustaría ver.
“Creo que deberíamos ver a países como Dinamarca, como Suecia y Noruega, y aprender de lo que han logrado para la clase trabajadora”, dijo.
Clinton replicó que si bien es cierto que Estados Unidos algunas veces “necesita salvarse a sí mismo del capitalismo”, Estados Unidos es muy diferente de Scandinavia.
“Yo creo que lo que el senador Sanders dice tiene sentido en términos de la inequidad que sufrimos. Pero nosotros no somos Dinamarca”.
“Amo a Dinamarca. Nosotros somos Estados Unidos de América. Y es nuestro trabajo controlar los excesos del capitalismo para que no se salga de la línea y no provoque la clase de inequidades que estamos viendo en nuestro sistema económico”, dijo ella.
Política Exterior
Otra área de desacuerdo fue la política en Medio Oriente. Sanders, en particular, se enfocó en voto de Clinton a favor de autorizar la invasión de Irak en 2003, un conflicto al que llamó “la peor metida de pata en la historia del país”.
Sanders dijo que se opone a enviar tropas estadounidenses a Siria, donde Washington lidera una coalición para combatir contra el grupo Estado islámico.
“Deberíamos estar armando una coalición de países árabes para que ellos dirijan el esfuerzo. Deberíamos apoyarlos, pero no estoy a favor de enviar tropas a Siria”, dijo.
“Bueno, nadie lo apoya. Nadie, senador Sanders”, interrumpió Clinton.
Nada nuevo con los demás
Clinton y Sanders estuvieron acompañados por el exgobernador de Maryland, Martin O’Malley, y los ex senadores Jim Webb y Lincoln Chafee. Los tres candidatos, que han sufrido por conseguir siquiera un uno por ciento de las preferencias, hicieron poco por mostrar que están al mismo nivel de los dos líderes.
Mejor debate de Clinton
Diferentes analistas en diferentes medios consideraron que Clinton tuvo las mejores dos horas de su candidatura hasta la fecha. “Lució segura, relajada y de buen humor”, dijo el Washington Post.
Sobre Sanders el periódico escribió: “Si eras un demócrata que quería saber más sobre el socialista de Vermont a través del debate, tuviste bastante de eso… Sanders es un verdadero creyente de sus ideas liberales y se puede sentir su pasión”.