La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunció la violación al derecho a la libertad por las detenciones automáticas y arbitrarias de familias y menores de edad que llegan a Estados Unidos a través de la frontera y pidió al gobierno estadounidense poner fin a esta práctica.
Luego de visitar varias zonas fronterizas la comisión elaboró un informe donde critica duramente las condiciones de reclusión "punitivas y de naturaleza carcelaria" de los inmigrantes, incluyendo reportes de abusos físicos y sexuales contra mujeres y niños.
La CIDH dijo que la práctica de detención por las autoridades estadounidenses también amenaza los derechos a la protección de la unidad familiar, a estar libre de persecución o tortura y de buscar y recibir asilo.
La presidenta de la CIDH, Rose-Marie Belle Antoine sostuvo que esta situación es una crisis de refugiados y necesita abordarse como tal, según las leyes internacionales.
Además agregó que la crisis es regional por naturaleza y por esta razón debe haber colaboración regional que ayuden a abordar las causas que originan estas migraciones.
Durante el año fiscal 2014 la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos aprehendió a 68.541 menores no acompañados y 68.445 familias. Estas cifras representan un aumento de 77% en el número de menores y de 361% en la llegada de familias respecto al año fiscal anterior.
La mayoría de los inmigrantes provinieron de Guatemala, Honduras y El Salvador y alegaron que huían de la pobreza y violencia en sus países. Un año después de este masivo flujo migratorio el presidente Barack Obama calificó la situación de "crisis humanitaria".