China informó este martes que va a examinar si alguna regulación fue violada cuando fabricantes de armas chinos se reunieron en julio pasado con emisarios del entonces gobernante libio, Moammar Gadhafi.
La portavoz del gobierno chino Jiang Yu dijo que Pekín mantiene una línea de comunicación con el Consejo Nacional de Transición (CNT) de los rebeldes libios a fin de promover “un firme desarrollo de las relaciones bilaterales”.
Sin embargo, indicó que China reconocerá al CNT a “su debido tiempo”, sin dar mayor precisión.
China admitió la víspera que ayudantes de Gadhafi habían estado en Pekín con la intención de comprar sofisticado armamento para utilizarlo contra los rebeldes.
Documentos descubiertos por un periódico canadiense revelaron que fabricantes de armas chinos ofrecieron venderles a los libios unos $200 millones de dólares en pertrechos.
La vocera sostuvo por segundo día consecutivo que China respetó a plenitud el embargo que impuso Naciones Unidas al gobierno de Gadhafi y que ningún armamento fue enviado a ese país.
También dijo que las autoridades competentes se encargarán de determinar si las firmas de armas chinas violaron alguna regulación.
Representantes del CNT advirtieron que los intereses chinos podrían verse perjudicados en caso de que hayan sido vendidas armas a Gadhafi.
China ha invertido miles de millones de dólares en el sector petrolero libio y tenía más de 35.000 personas trabajando en ese país antes del inicio de las revueltas contra Gadhafi.