La reputación del gigante tecnológico chino Huawei ha sido atacada repetidamente por Estados Unidos y otros países por acusaciones de control del Partido Comunista.
Ahora su estatus de jactancia en su propio hogar, China, ha sufrido un duro golpe por el informe de un exempleado que fue encarcelado durante ocho meses por cargos de extorsión después de intentar negociar un paquete de indemnización.
Los usuarios de Internet, e incluso los medios estatales, han llamado hipócrita a la compañía por haber hecho arrestar a un empleado por lo que resultaron ser acusaciones falsas, mientras disfrutaban del respaldo del pueblo chino y su gobierno, y asumían el papel de campeón nacional.
Huawei respondió a las acusaciones de Li Hongyuan, quien fue liberado sin cargos, diciendo que tenía el "derecho y el deber" de denunciar sospechas de comportamiento ilegal, pero que lo apoyaba en su derecho de buscar un recurso legal, incluso demandando a la empresa.
Entre los críticos de esa respuesta se encontraba Hu Xijin, vocero editorial del tabloide Global Times, del Partido Comunista, quien dijo que Huawei trata el incidente como un asunto puramente legal y en su negativa a disculparse ignoró la necesidad de responder al sentimiento público.
"No puedo dejar de decir que Huawei ha perdido esta vez 'afecto'", escribió Xi el martes en su Microblog oficial. Xi es conocido por sus defensas de la línea dura de las políticas e instituciones chinas.
The Paper, un medio de noticias en línea propiedad del gobierno de la ciudad de Shanghai, dijo que Huawei había pisoteado "la dignidad de un ciudadano y su libertad personal".
“‘¡Tú demandas!’ Eso resume los sentimientos del público que ha esperado todo un día la respuesta de Huawei al caso Li Hongyuan, sin disculpa ni explicación, sin voluntad de explicar, sino pura condescendencia”, escribió el periódico.
Huawei Technologies Ltd. es la marca mundial número 2 de teléfonos inteligentes y el mayor fabricante de equipos de red para operadores de telefonía.
Las autoridades estadounidenses dicen que la compañía es un riesgo de seguridad, lo que Huawei niega, y anunció en mayo frenar su acceso a los componentes y la tecnología estadounidenses. Washington ha presionado a los aliados de todo el mundo para que también eviten a la compañía, con un éxito parcial.
