"¡Qué se preparen!” advirtió el diputado chavista Pedro Carreño al ingresar a la sede de la Asamblea Nacional de Venezuela, que él y sus compañeros de partido abandonaron a mediados de 2016, luego de que en enero de ese mismo año el Tribunal Supremo de Justicia declaró al legislativo en “desacato”, con lo cual anulaba las decisiones emanadas por este órgano.
El regreso del oficialismo fue, según el presidente en disputa del país, Nicolás Maduro, un acuerdo alcanzado tras la mesa de diálogo instalada con cuatro partidos minoritarios el pasado lunes, con la intención de renovar las autoridades del Consejo Nacional Electoral, acusado por la oposición de estar parcializado con el chavismo.
"Guaidó traidor", "Ustedes están en desacato" gritaban los chavistas desde sus asientos dentro del Capitolio. “Cara dura”, "Aquí lo que hay es hambre”, les respondían algunos opositores.
El presidente interino de Venezuela y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, dijo que la vuelta de los diputados chavistas es el “reconocimiento implícito al único poder legítimo que hoy hay en Venezuela", y añadió que "si vienen en actitud de saboteo, quedarán expuestos ante el mundo".
El legislador chavista Pedro Carreño tomó la palabra en el debate para exhortar a Guaidó: "Llegó el momento en que usted se meta por el camino de la legalidad", en referencia a su designación como presidente interino, reconocido por al menos 50 países de América y Europa.
Sólo 33 de los 55 chavistas elegidos al Parlamento asistieron a la sesión. Sin embargo, la presencia de algunos de ellos fue cuestionada por la oposición, basada en el artículo 191 de la Constitución, que establece que los diputados perderán su investidura si aceptan otros cargos públicos. Tal es el caso de varios de ellos que han aceptado ser ministros del gobierno de Maduro. "Ya no son diputados y punto" les advirtió el opositor Henry Ramos.
El chavismo regresa a un Capitolio venezolano asfixiado por el retiro de la inmunidad parlamentaria a 34 legisladores opositores, 15 de ellos están en el exilio y uno, el diputado Juan Requesens, permanece en prisión.