A cuatro meses desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en Guatemala y con 29.000 contagios y 1.219 muertes hasta la fecha, según cifras de la Universidad Johns Hopkins, el país está planeando la reapertura gradual de las actividades para el 27 de julio.
El presidente Alejandro Giammattei anunció este fin de semana un sistema de alertas por colores que determinará la reapertura económica en cada municipio, de acuerdo con el número de casos que se registren.
El rojo representa la alerta máxima, el anaranjado la alerta alta, el amarillo la alerta moderada y el verde representa la nueva normalidad.
“A partir del 27 de julio el tablero de alertas COVID-19 será el rector de la actividad en todo el país y a las 8:00 de la mañana todos los días será puesto en el canal de gobierno para que vayamos enterándonos como va nuestro municipio, nuestro departamento o todo el país”, indicó el mandatario.
La alerta roja se va a medir por la presencia de más de 25 casos por cada 100.000 habitantes. En ese estado, se va a restringir en su totalidad el transporte público, solo circulará el número de placa permitido para cada día y se mantendrán cerrados los centros comerciales y actividades sociales de cualquier índole.
La alerta naranja será entre 15 y 24 casos por cada 100.000 habitantes. En ese estado se habilitará parcialmente el transporte público debidamente certificado bajo restricciones, habrá una apertura limitada de sectores económicos, como por ejemplo los centros comerciales con las debidas restricciones.
La alerta amarilla estará presente en aquellos municipios que presenten entre cinco y 14 casos por cada 100.000 habitantes. En estos lugares habrá flexibilidad en la mayoría de las actividades económicas.
“De usted depende”, dijo Giammattei al recomendar a los guatemaltecos que se tomen todas las medidas para reducir el número de casos en el lugar donde viven, pues actualmente hay nueve departamentos en color rojo, cinco en anaranjado y ocho en amarillo.
Mientras tanto, la ministra de Salud, doctora Amelia Flores, explicó que ante el colapso de hospitales para la atención de casos de COVID-19, se implementará un tratamiento para la recuperación de pacientes leves en casa.
“Vamos a contar con un kit de medicamentos esenciales en el que se incluyen medicamentos antinflamatorios para evitar el dolor, medicamentos para bajar la fiebre, ivermectina, y anticoagulantes de fácil utilización para evitar que estos pacientes se puedan convertir en pacientes graves que acudan los servicios”, indicó la funcionaria.
Además, dijo que hay disponibles 145.000 pruebas de coronavirus y están en proceso de compra otras 120.000.