Tras el impacto que la pandemia de COVID-19 ha causado en Nicaragua –así como en el resto del mundo- el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el viernes destinar a este país un monto de 185 millones de dólares en asistencia financiera a petición del gobierno del presidente Daniel Ortega.
“La pandemia de COVID-19 está exacerbando los desafíos económicos existentes, creando más necesidades fiscales y de balanza de pagos urgentes”, explicó Mitsuhiro Furusawa, director gerente adjunto y presidente interino del FMI, citado por un comunicado del organismo.
El FMI informa que el monto económico tiene como objetivo ayudar a Nicaragua a satisfacer “las necesidades urgentes de balanza de pagos derivadas de la pandemia de COVID-19”.
Sin embargo, dejó en claro que el compromiso del gobierno orteguista es de transferir la mitad de los fondos de emergencia recibidos a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) y al Programa Mundial de Alimentos (PMA).
La primera se encargaría de la ejecución del gasto en atención médica, mientras que el PMA implementará un programa de apoyo agrícola de emergencia para garantizar un suministro alimentario adecuado.
Nicaragua tiene 4,585 casos confirmados de COVID-19 y 158 fallecidos relacionados con esta pandemia, según datos oficiales. Antes de la pandemia, ya Nicaragua atravesaba una recesión de dos años, sazonada también por la crisis política después de las protestas de 2018.
En menos de dos semanas a mediados de noviembre los huracanes Eta e Iota azotaron el área centroamericana, y Nicaragua fue impactada por ambas tormentas con varios muertos, miles de personas evacuadas y cuantiosos daños materiales como resultado.
El FMI asegura que las autoridades del país centroamericano “están aumentando el gasto público en salud y en asistencia social” para aliviar el impacto en los más vulnerables.