Empujados por los resultados electorales de noviembre pasado en los que fue determinante el voto de la comunidad hispana, la Casa Blanca y un grupo bipartidista de senadores emprenderán esfuerzos por separado para intentar revivir una iniciativa de reforma sobre inmigración.
El presidente Barack Obama y otros funcionarios se reunieron este viernes con los líderes del Comité Hispano del Congreso, a quienes anunció su deseo de arreglar el sistema de inmigración "que está descompuesto", y de hacerlo lo más pronto posible, porque "no se justifica ningún obstáculo ni demora", según un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
El presidente, quien viajará el martes a Nevada, un estado que registra un rápido crecimiento de hispanos, dejó claro que continuará liderando el debate sobre este asunto, y que está dispuesto a colaborar con el Comité Hispano del Congreso y con otros legisladores clave, en un proceso bipartidista para llevar adelante el debate .
La Casa Blanca no ha confirmado si en Las Vegas Obama se enfocará en el tema migratorio, pero sus seguidores esperan que presente sus propuestas allí, adelantándose al discurso del Estado de la Nación, del 12 de febrero.
Un grupo de trabajo bipartista en el Senado intentará, casi simultáneamente con el Presidente, delinear sus propias ideas. Los legisladores se han estado reuniendo calladamente y se espera que el próximo viernes hagan un anuncio propio.
“Tenemos un acuerdo básico en muchos de los principios básicos”, dijo el jefe de la mayoría demócrata, Richard J. Durbin, uno de los miembros del grupo. “Ahora tenemos que esbozarlo y (eso) toma tiempo”, agregó.
Según el senador por Nueva York, Charles Shumer, el grupo está conformado por un número igual de senadores demócratas y republicanos. “Somos muy unidos”, dijo.
En el 2007, una propuesta creada por el Senado no consiguió el apoyo de 60 de sus miembros, a pesar de que ésta era apoyada por el entonces presidente George W. Bush. Muchos republicanos, y algunos demócratas centristas, se opusieron debido a que la medida ofrecía el camino la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados.
Entre los republicanos, el senador por la Florida, Marco Rubio, fue el primero en presentar un proyecto a penas unas semanas después de las elecciones, cuando fue claro que el voto latino fue acaparado casi en su totalidad por el presidente Obama.
El optimismo de que este año se pueda aprobar una legislación que abra una vía para que 11 millones de inmigrantes que se encuentran ya sin permiso en Estados Unidos puedan obtener la ciudadanía, se debe precisamente a la nueva dinámica política resultante de esas elecciones.
El presidente Barack Obama y otros funcionarios se reunieron este viernes con los líderes del Comité Hispano del Congreso, a quienes anunció su deseo de arreglar el sistema de inmigración "que está descompuesto", y de hacerlo lo más pronto posible, porque "no se justifica ningún obstáculo ni demora", según un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
El presidente, quien viajará el martes a Nevada, un estado que registra un rápido crecimiento de hispanos, dejó claro que continuará liderando el debate sobre este asunto, y que está dispuesto a colaborar con el Comité Hispano del Congreso y con otros legisladores clave, en un proceso bipartidista para llevar adelante el debate .
La Casa Blanca no ha confirmado si en Las Vegas Obama se enfocará en el tema migratorio, pero sus seguidores esperan que presente sus propuestas allí, adelantándose al discurso del Estado de la Nación, del 12 de febrero.
Un grupo de trabajo bipartista en el Senado intentará, casi simultáneamente con el Presidente, delinear sus propias ideas. Los legisladores se han estado reuniendo calladamente y se espera que el próximo viernes hagan un anuncio propio.
“Tenemos un acuerdo básico en muchos de los principios básicos”, dijo el jefe de la mayoría demócrata, Richard J. Durbin, uno de los miembros del grupo. “Ahora tenemos que esbozarlo y (eso) toma tiempo”, agregó.
Según el senador por Nueva York, Charles Shumer, el grupo está conformado por un número igual de senadores demócratas y republicanos. “Somos muy unidos”, dijo.
En el 2007, una propuesta creada por el Senado no consiguió el apoyo de 60 de sus miembros, a pesar de que ésta era apoyada por el entonces presidente George W. Bush. Muchos republicanos, y algunos demócratas centristas, se opusieron debido a que la medida ofrecía el camino la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados.
Entre los republicanos, el senador por la Florida, Marco Rubio, fue el primero en presentar un proyecto a penas unas semanas después de las elecciones, cuando fue claro que el voto latino fue acaparado casi en su totalidad por el presidente Obama.
El optimismo de que este año se pueda aprobar una legislación que abra una vía para que 11 millones de inmigrantes que se encuentran ya sin permiso en Estados Unidos puedan obtener la ciudadanía, se debe precisamente a la nueva dinámica política resultante de esas elecciones.