El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes informó el miércoles por la tarde de la suspensión indefinida del diálogo con el gobierno del presidente Daniel Ortega por falta de consenso.
Brenes sugirió la creación de una comisión mixta que tendría tres representantes de cada parte, para buscar el consenso y superar el impase.
La Comisión de Mediación compartió en las redes sociales el comunicado final.
El diálogo, en el que participaban gobierno, estudiantes, sociedad civil y sector privado, estaba en su cuarto día.
El gobierno y los grupos que protagonizaron las protestas del último mes, donde al menos 76 personas han muerto, llevaban a cabo un acercamiento para bajar la tensión del país, con la Iglesia Católica como mediadora y garante de las mismas.
Las conversaciones entre el gobierno y diversos sectores de la sociedad que habían participado en protestas contra el ejecutivo tuvieron su primera sesión el 16 de mayo en un encuentro marcado por la tensión.
Ese día el presidente Ortega y su esposa, Rosario Murillo, la vicepresidenta y portavoz del gobierno, tuvieron que escuchar duras acusaciones y gritos en su contra que los tachaban de "asesinos".
"Ordene ya, en este mismo momento, el cese de la represión de la policía, de las fuerzas paramilitares, de las turbas de su partido que nos han estado masacrando y matando", le espetó Lester Alemán, uno de los dirigentes de los estudiantes antes incluso de que el mandatario pudiera tomar la palabra.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó el lunes sus primeras observaciones preliminares en las que aseguraba que el gobierno violó los derechos humanos al hacer un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes.
La CIDH recomendó la formación de un organismo internacional para investigar los actos de violencia e identificar a los responsables y dijo que las autoridades les habían confirmado la cifra de 76 personas fallecidas, aunque el gobierno no hizo tal pronunciamiento de forma pública.
Además, en este último mes de protestas duramente reprimidas por la policía y los grupos progubernamentales, se han registrado casi 900 heridos.