Uno de los mayores íconos de Estados Unidos recobra vida en momentos muy similares a los que propiciaron su nacimiento en 1941.
El Capitán América (Steve Rogers) surgió como un orgullo estadounidense en medio de la Segunda Guerra Mundial y de la Gran Depresión. Su imponente presencia y su exitosa lucha contra personajes como Adolfo Hitler motivaron al país que transitaba por la incertidumbre.
Se trata de un personaje que sabe conjugar el deslumbre y la fantasía con el pragmatismo. Y en Capitán América: El primer vengador, este trabajo queda expuesto casi perfectamente respetando la historia original de la empresa Marvel.
La trama lleva a un inútil joven de 90 libras de peso a convertirse en un súper soldado, gracias al experimento del doctor Abraham Erskine (Stanley Tucci).
En la cinta, este raquítico aspirante a soldado se convierte en toda una máquina contra el nazismo de la época.
Cabe destacar el patriotismo con los colores que identifican al superhéroe, los mismos de la bandera de Estados Unidos.