El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo el sábado que el diálogo para resolver la crisis política de Venezuela no debería tener "condiciones previas", durante una visita al pequeño país sudamericano de Surinam, al final de una gira por varios países de América Latina.
El gobierno y la oposición de Venezuela están implicados en un diálogo bajo la mediación de Noruega. Los opositores, liderados por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, insisten en la salida del presidente en disputa, Nicolás Maduro, para permitir un gobierno de transición que convoque nuevas elecciones.
Guaidó invocó en enero la Constitución para asumir una presidencia rival, argumentando que la reelección de Maduro en 2018 fue ilegítima. Ha sido reconocido por la mayoría de naciones occidentales, incluido Estados Unidos, pero Maduro mantiene el control de las funciones estatales y cuenta con el apoyo de Rusia, China y Cuba. Maduro asegura que Guaidó es una marioneta de Washington que busca perpetrar un golpe de estado.
"Al igual que nuestros amigos de Surinam, estamos convencidos de que puede resultar a través de un diálogo directo entre el gobierno y la oposición sin condiciones previas y sin las amenazas que vemos llegar desde diferentes capitales", dijo Lavrov junto a su homóloga del país anfitrión, Yldiz Pollack-Beighle, en la capital Paramaribo.
La referencia a "amenazas" fue una crítica a Estados Unidos, que ha dicho que la intervención militar está "sobre la mesa" para resolver la crisis en Venezuela, marcada por el colapso económico y el éxodo de más de 4 millones de personas.
Más temprano en la semana, Lavrov afirmó que la oposición venezolana está en contacto con Moscú y que el mundo debería animar el diálogo en el país sudamericano en lugar de intentar imponer su propia agenda.
Pollack-Beighle no se refirió a Venezuela durante sus declaraciones. Durante una reunión del bloque comercial Mercosur este mes, el embajador de Surinam en Cuba, Marciano Edgar Armaketo, dijo que la postura de su país sobre Venezuela está basada en la "no interferencia en los asuntos de los estados".