El canciller alemán Olaf Scholz realizó una visita inesperada a Kiev el lunes, en la que prometió que su país seguirá siendo el mayor apoyo de Ucrania en Europa y que este mes entregará ayuda militar por un valor de 650 millones de euros (683 millones de dólares).
La visita, la segunda desde la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania hace casi tres años, es una señal del apoyo de Alemania en un momento de incertidumbre ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y en el que las fuerzas rusas logran avances territoriales constantes.
Scholz se reunirá con el presidente Volodymyr Zelenskyy, quien presionará a la OTAN para que invite a Ucrania a unirse a la alianza militar en una reunión en Bruselas esta semana.
La visita ocurre unas semanas después de que fuera criticado por el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, por haber mantenido una llamada telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Esa llamada ocurrió en un momento de amplias especulaciones sobre lo que supondrá para Ucrania la nueva administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha prometido poner fin al conflicto.
En un cambio importante, Zelenskyy señaló el viernes que una oferta de ingreso en la OTAN para el territorio bajo control de Kiev podría terminar “la etapa caliente de la guerra” en Ucrania.
La visita de Scholz se produce antes de una elección anticipada en Alemania prevista para febrero. A medida que se inicia la campaña, Scholz ha señalado el estatus de Alemania como el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania, al mismo tiempo que destaca su “prudencia” para evitar que la guerra escale, por ejemplo al negarse a entregar misiles de crucero de largo alcance Taurus.
Scholz se ha mostrado cauto sobre acelerar el proceso de membresía de Ucrania en la OTAN. En los últimos meses ha recalcado la importancia de encontrar un camino hacia la paz, asegurando que no se tomen decisiones sin contar con Ucrania.
Scholz dijo que en su reunión con Zelenskyy anunciaría suministros militares adicionales este mes por un total de 650 millones de euros. “Quisiera dejar claro aquí en el terreno que Alemania seguirá siendo el mayor partidario de Ucrania en Europa”, afirmó.
Sin embargo, Scholz fue criticado por Zelenskyy en noviembre por hablar con Putin en lo que pareció ser la primera conversación del mandatario ruso con el líder en funciones de una gran potencia occidental en casi dos años. En esa llamada, Scholz instó a Putin a estar abierto a negociaciones con Ucrania, pero el líder ruso dijo que cualquier acuerdo de paz debería reconocer las ganancias territoriales de Rusia y sus demandas de seguridad, como que Kiev renuncie a unirse a la OTAN.
Zelenskyy sugirió que la llamada a Putin arriesgaba abrir “una caja de Pandora” y solo serviría para hacer que Rusia estuviera menos aislada. Viajó a Berlín en octubre para reunirse con Scholz y obtener apoyo para su “plan de victoria” para terminar la guerra en Ucrania en una gira por capitales europeas. El plan incluía una sugerencia de que Ucrania reciba una invitación formal para unirse a la OTAN y una solicitud de que a Kiev se le permita usar misiles occidentales de largo alcance para atacar objetivos militares dentro de Rusia.
Varias naciones occidentales permitieron a Kiev emplear sus armas en ataques de largo alcance en noviembre. Tras la decisión, Putin dijo que Rusia lanzó un ataque a Ucrania con un misil balístico intermedio imparable apodado el Oreshnik. Era la primera vez que se utilizaba ese misil en la guerra o en cualquier otro conflicto.
[Con información de The Associated Press y Reuters]
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