Contra viento y marea, Elizabeth Marek está viva y agradecida, ya que utiliza un aparato que ataca las células cancerosas, con campos eléctricos.
Elizabeth padece de glioblastoma, una mortífera y agresiva forma de cáncer cerebral, que no tiene cura y con una expectativa de vida de sólo un poco más de dos años.
Tiene 26 semanas, de embarazo y, tres años después que se le encontró un pequeño tumor en el cerebro, Elizabeth comenzó a sufrir de intensos dolores de cabeza.
Pensó que solo era migraña, pero no fue así.
“Terminó siendo un tumor del tamaño de mi puño en el lado izquierdo del cerebro y empujaba el cerebro izquierdo contra el derecho”, dijo Elizabeth Marek, paciente de cáncer.
Luego de dos sesiones de quimioterapia, el tumor de Elizabeth siguió creciendo.
Fue en ese momento que el doctor George Ansstas, oncólogo de la Universidad de Washington en San Luis, ofreció a Elizabeth ser parte de un experimento.
Se le colocó un aparato llamado “Optune”, donde una mochila alimenta una red de electrodos conectados a su cabeza.
Estos crean un campo eléctrico, dentro de su cerebro, que detiene la división de las células cancerígenas.
“Hay partículas, altamente cargadas, que llevan a cabo un papel en la división celular y si expone esas células a este campo electromagnético, uno puede interrumpir ese proceso y provocar la muerte de esas células”, explica el doctor George Ansstas de la Universidad de Washington en San Luis
Para Elizabeth los resultados han sido impresionantes.
Los médicos no encuentran señales medibles de cáncer en su cerebro.
No hay estudios sobre los efectos a largo plazo de este aparato electromagnético sobre el cáncer, y en ese sentido Elizabeth es una pionera, sintiéndose bendecida al poder gozar, de su familia, un día a la vez.