Los delegados de los 194 países que asisten a la conferencia sobre el clima en Sudáfrica aceptaron negociar un acuerdo que obligará legalmente a las naciones a tomar medidas para reducir el cambio climático.
La comisionada europea para la acción climática, Connie Hedegaard, dijo que "creemos que tenemos la estrategia correcta. Pensamos que dio resultado".
La funcionario destacó que "lo mejor es que ahora todas las grandes economías, todas las partes, tendrán que comprometerse en el futuro en una forma legal".
Tras la conferencia, la comisionada Hedegaard subrayó que "ese era nuestro objetivo" entre otros varios, "pero esto es muy bueno, y ha sido hecho de forma muy constructiva”.
Bajo el pacto, los países industrializados tendrán que adherirse al protocolo de Kioto por lo menos otros cinco años después que éste expire en 2012.
El protocolo requiere legalmente que las naciones respeten los límites de emisión de gases dañinos para el medio ambiente. Sin embargo, Rusia, Japón, y Canadá han dicho que no formarán parte de la extensión de Kioto.
El acuerdo fue alcanzado la madrugada del domingo 11 de diciembre de 2011, casi dos días después de la fecha en la que debía concluir la conferencia de dos semanas en Durban.
Estados Unidos dijo que solo se comprometerá a los recortes obligatorios de emisiones si todas las naciones más contaminantes hacen compromisos comparables.
China e India se oponen abiertamente al nuevo acuerdo diciendo que ya han lanzado ambiciosos programas ecológicos, mientras que las naciones industrializadas no han cumplido sus actuales obligaciones. Los tres países, que son los más poblados del mundo, no están obligados por el Protocolo de Kioto.
La Conferencia de Durban no produjo ninguna promesa inmediata de mayor reducción de emisiones tóxicas que causan el cambio climático.
Pero, los delegados acordaron la creación de un fondo para ayudar a los países pobres a hacer frente al calentamiento global. No obstante, no se dieron detalles de cómo el fondo sería financiado.
La mayor parte del debate se enfocó en una propuesta de la Unión Europea para presionar a los países más contaminantes en las economías desarrolladas y en las de rápido crecimiento, como China e India, a aceptar los recortes legalmente obligatorios de sus emisiones de gases nocivos para el medio ambiente.