La reunión que sostendrá el presidente mexicano Felipe Calderón con el presidente Barack Obama en Washington en los próximos días, estaba planeada desde hace tiempo indicaron voceros del gobierno estadounidense.
El encuentro previsto para el jueves 3 de marzo de 2011 no se produce debido al asesinato de un agente estadounidense en México, ni a las quejas mexicanas por el daño que las filtraciones de WikiLeaks han causado a la relación bilateral, explicaron fuentes oficiales estadounidenses.
La subsecretaria adjunta de Estado para Canadá y México, Roberta Jacobson, dijo en conferencia de prensa que esa es una impresión equivocada y que “están pasando muchas cosas y hay mucho de qué hablar, pero no es un ambiente de crisis”.
En alusión a la muerte del agente de inmigración y aduanas Jaime Zapata, en el estado mexicano de San Luis Potosí, el 15 de febrero de 2011, la subsecretaria Jacobson dijo que pese a su gravedad, “un solo incidente o un solo pronunciamiento, no pueden ni van a descarrilar toda la relación”.
“Sabíamos de antemano que la misión de enfrentar a los cárteles de la droga no sería nada fácil” y que incluso “tendríamos algunos reveses mientras avanzábamos”, señaló la diplomática encargada de las relaciones con Canadá y México.
También insistió con la idea de que la reunión Obama-Calderón, no es producto de la urgencia ni de la improvisación o por culpa de los titulares de prensa.
Por su parte el jefe de la lucha contra las drogas Gil Kerlikowske aseguró a los periodistas que aunque aún faltan muchas cosas por mejorar en la cooperación con México, en materia de seguridad, el nivel de comunicación y entendimiento ha alcanzado niveles sin precedentes.
Por su parte, el diario mexicano El Universal cita al embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan, quien dijo al término de una conferencia sobre Seguridad, Drogas y Democracia en América Latina, realizada en la Universidad George Washington, que en el encuentro presidencial de Obama con Calderón, la seguridad estará en el corazón de la agenda.