La suspendida presidenta brasileña, Dilma Rousseff, comparó la aprobación de su juicio político con las torturas que sufrió durante la dictadura, a manos de los militares.
"Es lo más brutal que le puede suceder a un ser humano: ser condenado por un crimen que no cometió", dijo la mandataria.
"Tal vez cometí errores, pero nunca cometí crímenes", afirmó con voz entrecortada.
El senado brasileño aprobó iniciar el juicio político contra Rousseff y suspendió su mandato durante 180 días. Su gabinete también fue disuelto y el vicepresidente Michel Temer deberá nombrar uno nuevo, una vez asuma la presidencia interina.
La decisión fue tomada con 55 votos a favor y 22 en contra, tras un rencoroso debate que se extendió durante casi 22 horas.
Si al final de los 180 días que tiene el Senado para juzgar a la presidenta, la encuentra culpable,Temer completaría el mandato de Rousseff, que termina el 1º de enero de 2019.
La decisión implica que, por primera vez en 13 años, el Partido de los Trabajadores, de tendencia comunista, no estará en el poder.
Se trata la segunda vez desde el retorno a la democracia en Brasil que un presidente elegido por el voto popular es suspendido. Hace 24 años, Fernando Collor de Mello también fue destituido.