Un juez de la Corte Suprema de Brasil suspendió al líder de la Cámara Baja del Congreso, el político más poderoso de la nación, vilipendiado por muchos por las numerosas acusaciones de corrupción en su contra.
El juez Teori Zavascki tomó la decisión de suspender a Eduardo Cunha del cargo, antes de una audiencia de la Corte en pleno para decidir si confirmar, anular o no considerar la decisión de Zavascki.
Cuhna, que ha negado reiteradamente haber cometido ninguno de los delitos de los que se le acusa, es el principal líder de la campaña para enjuiciar políticamente a la presidenta Dilma Rousseff por presunta malversación de los fondos federales con el objeto de encubrir déficits que han contribuido a la peor recesión en décadas de la economía más grande de Latinoamérica.
En su fallo, Zavascki dijo que debido a que Cunha está siendo investigado por varios casos de corrupción, no merecía estar en la línea de sucesión a la presidencia si Rousseff era enjuiciada.
La presidenta brasileña aplaudió la decisión del magistrado de la Corte Suprema, diciendo "más vale tarde que nunca". Durante la inauguración de la controversial represa de Belo Monte en el norteño estado de Pará, Rousseff dijo que el proceso de juicio político en su contra era un acto de venganza de Cuha porque no recibió el apoyo del Partido de los Trabajadores en una investigación del Comité de Ética en su contra.
En Estados Unidos, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, reconoció el complejo ambiente político que los líderes brasileños están tratando de navegar, considerando los retos económicos que enfrenta la nación y la próximidad de las olimpíadas de verano, de las cuales será anfitriona.
"Brasil posee sólidas instituciones democráticas que deben tener la capacidad de enfrentar con eficiencia estos retos y de garantizar que las preocupaciones que han surgido sean apropiadamente atendidas y que, como en cualquier en democracia, eso tomará cierto tiempo y que habrá obstáculos en el camino", señaló Earnest.