Brasil registró una inflación negativa de 0,04% en septiembre respecto a agosto, cuya tasa fue de 0,11%, consolidando su tendencia a la desaceleración desde inicios de 2019, según datos oficiales divulgados este miércoles.
Es el menor resultado del índice IPCA para un mes de septiembre desde 1998, cuando los precios al consumidor registraron una deflación (inflación negativa) de 0,22%. En el acumulado de los últimos 12 meses totaliza un 2,89%, la primera vez que se ubica debajo de 3% desde mayo de 2018.
Los analistas estimaban un alza promedio en los precios de 0,04% en septiembre, según el diario económico Valor.
La deflación estuvo impulsada especialmente en el rubro de alimentos y bebidas (-0,43%); en contraste, los que más aumentaron fueron los del segmento salud y cuidados personales (0,58%).
La medición de los últimos 12 meses (2,89%) se sitúa por debajo del centro de la meta de 4,25% definida por el Banco Central de Brasil (BCB) para 2019, con un margen de variación de +/- 1,5 puntos porcentuales.
Los mercados proyectan que 2019 cierre con una inflación de del 3,42%, de acuerdo con el boletín Focus del BCB.
En el actual contexto de bajo crecimiento e inflación bajo control, el BCB recortó en septiembre su tasa básica de 6% a 5,5%, un nuevo mínimo histórico, atendiendo las expectativas del mercado y la industria, ávidos de medidas que puedan estimular a la primera economía latinoamericana.
El gobierno de Jair Bolsonaro aún lidia con negociaciones en el Senado para lograr la aprobación definitiva de la reforma a las jubilaciones, con la que prevé un ahorrar unos 870.000 millones de reales (más de 220.000 millones de dólares) en un década para salvar al país de la quiebra.
La reforma es considerada clave para recuperar la confianza de los mercados y los inversionistas.