La bolsa de valores de Shanghái cayó nuevamente el jueves, arrastrando a los principales mercados asiáticos,mientras los precios del petróleo siguen debilitándose y abundan las señales de un declive en el crecimiento a nivel mundial.
El índice Shanghai Composite cayó un 3,2 %, habiendo decrecido más de 18% solo en lo que va del año. Las cifras confirman que la segunda economía mundial continúa preocupando a los inversionistas.
El problema, de acuerdo a los expertos, es que la caída de la economía china ha disparado la caída de los mercados mundiales, lo que a su vez ha provocado un declive aún peor en las bolsas china. “El pánico se está amplificando”, dicen.
Pero no solo es la bolsa china, sino todas las bolsas a nivel mundial las que experimentan el peor comienzo del año en toda la historia. El principal índice de Wall Street, el Dow Jones, llegó a perder 3,5% el miércoles, pero antes del cierre de la jornada repuntó y recortó pérdidas al 1,56%. El Nasdaq bajó 0,12% y el S&P 500 cedió un 1,17%.
El precio del crudo ha caído un 28% en 2016, lo que constituyen buenas noticias para los consumidores, pero malas para las empresas energéticas, de importante presencia en los índices bursátiles, y para las economías de los países productores de petróleo.
No obstante, las drásticas caídas en los mercados de valores y de crudo contrastan con la economía estadounidense en general, que luce muy saludable. En diciembre, las empresas estadounidenses crearon 292.000 nuevos empleos, por lo que pocos economistas prevén que se venga una recesión en Estados Unidos.