El vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia renunció el martes a su puesto por “desacuerdos” con la decisión de suspender publicación de conteo rápido tras los comicios presidenciales del domingo.
La salida de Antonio Costas pone en situación crítica al órgano electoral, que ha sido blanco de denuncias de la oposición que han alegado un presunto fraude a favor del presidente Evo Morales, quien busca un cuarto mandato.
Según la carta de renuncia que Costas envió al vicepresidente Álvaro García, su decisión se debió a la “desatinada decisión de la sala plena del tribunal de suspender la publicación de conteos”, indica nota de renuncia, publicada por el diario El Deber.
Un enfrentamiento a la vista
Aunque el recuento oficial de los votos en Bolivia reducía el margen entre el declarado ganador Evo Morales y su oponente Carlos Mesa, la oposición convocó para el martes a una huelga con tal de exigir sus reclamos de manera más clara.
El conteo oficial del martes mostraba una ventaja menor del presidente Morales, con el 44% de los votos frente al 40% de su adversario Carlos Mesa, con casi 84% de los sufragios escrutados, anticipando una segunda vuelta.
Para evitar un balotaje, Morales, quien compite por un cuarto mandato presidencial consecutivo, necesitaba como mínimo el 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos sobre su competidor más cercano, señala Reuters.
Representantes de organizaciones de la sociedad civil de las seis regiones de Bolivia respaldaron un llamado para extender una huelga originalmente programada para el martes en la ciudad más grande del país, Santa Cruz.
Las organizaciones dijeron que una huelga general entraría en vigencia a la medianoche del martes (0300 GMT) y que "continuará hasta que se respete la democracia y la voluntad de los ciudadanos", indicó la agencia AFP.
La CONALCAM, una sombrilla oficialista que agrupa a trabajadores partidarios de Morales, llamó a sus miembros a defender los resultados oficiales.
"Saldremos a las calles y caminos para defender firmemente la democracia y los votos de los bolivianos", dijo el líder del sindicato principal, Juan Carlos Guarachi, después de una reunión con Morales.
La reacción esperada
Tanto medios locales como agencias acreditadas en la nación andina mostraron el lunes en la noche a los manifestantes derribando una estatua del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez en la ciudad de Riberalta, y batallas entre la policía y jóvenes enmascarados en medio de gases lacrimógenos.
Inconformes, los partidarios de Mesa prendieron fuego a sedes de instituciones electorales en varios puntos del país.
Debido al temor a que la revuelta se prolongue, se formaron largas filas de clientes en gasolineras y supermercados, lo que impulsó a asociaciones locales de alimentos y energía a declarar que no había escasez de suministros.
Morales es presidente de Bolivia desde 2006, pero desde que fue proclamado como ganador, no ha hecho ninguna aparición.
Mesa declaró que no reconocería el resultado, mientras que el organismo de control oficial, la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo que el brusco cambio en el resultado desde el domingo fue "inexplicable" y un golpe a la confianza de los votantes en el proceso electoral.
El recuento de votos seguía y podría llevar días conocer su resultado.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, publicó un mensaje en la red social Twitter en el que hace conocer que siguen de cerca los acontecimientos en Bolivia e invoca a los grupos enfrentados a evitar las acciones de violencia. La OEA convocó para este miércoles a una sesión extraordinaria para considerar la situación en Bolivia.
El exmiembro de la Defensoría del Pueblo, Rolando Villena, anunció además que se solicitará medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la situación que se vive en el país, señala el diario nacional La Razón.
(Con información del diario boliviano La Razón y las agencias reuters y AFP).
