Luego de la confirmación de una decena de casos de COVID-19 en Bolivia, el gobierno decidió extremar las medidas e incrementar las restricciones para contener la expansión de este virus.
La presidenda transitoria, Jeanine Áñez, anunció que desde el miércoles se prohibirá el ingreso de viajeros provenientes de Europa, Reino Unido, China, Corea del Sur, Irlanda e Irán. También determinó desde hoy el horario continuo para empresas públicas y privadas, la suspensión de clases y actos públicos que congreguen a más de 100 personas.
Por otro lado, dijo que se eliminarán los aranceles para importación de medicamentos y otros insumos necesarios para la atención sanitaria de la pandemia.
“Eliminaremos todo arancel para importación de medicamentos y detectores de fiebre o donaciones relacionadas con el coronavirus”, detalló la presidenta en un mensaje grabado difundido el domingo.
Los controles más estrictos se realizan en vuelos internacionales. El director del Servicio de Aeropuertos de Bolivia, Roberto Cortez, adelantó que se realizarán pruebas con nueva tecnología.
“Estamos por instalar cámaras termográficas con software de inteligencia artificial que detectan la órbita de los ojos y hacen una medición más precisa y además pueden medir a grupos grandes”, explicó el funcionario.
Hay 11 casos confirmados hasta la fecha. Siete, no solo importados sino de transmisión local, se registraron en la ciudad de Oruro, que ya fue declarada en cuarentena.
El alcalde Saúl Aguilar, explicó el alcance de esta medida. “Las personas que se encuentren caminando fuera de esta cuarentena municipal se va a tomar acciones, se está atentando contra la salud pública de todos”.
A pesar de la emergencia nacional y las medidas anunciadas, ciudadanos consultados por la Voz de América expresaron su preocupación sobre el sistema de salud público de Bolivia y la desinfomación.
“En la casa más que todo, legalmente ahora están mis hijos, todos en la casa, ya no estamos saliendo para nada. Yo solo por una emergencia”.
“No creo que estemos preparados, pero tampoco estamos tan precarios, vamos a regular”, dijo Daniel Omonte, un vendedor de periódicos de la ciudad de Cochabamba.
“Hay que ser fuerte, hay que hacerle frente, no hay otra. No hay que tenerle miedo. Lo que hay que explicar a la población es que no mueren cuando se contagian”, aseguró Percy Zeballos luego de realizar una compras en la farmacia.
Pero también se reclama la falta de información fiable.“Cuando vengo aquí a la ciudad me pongo barbijo, así más segura me siento”, expresó Eliana Ojeda, una joven estudiante.
Autoridades sanitarias pidieron calma y aseguraron que la gente alrededor de los hospitales no está en riesgo de contagio, tampoco aquellos que están cerca de las viviendas donde permanecen los pacientes en cuarentena; mientras crece la consigna de quedarse en casa como la medida preventiva más efectiva para contener esta pandemia.