Largas filas, consumidores ajetreados que recorren los pasillos buscando qué más añadir a sus carritos rebosantes de productos, y estanterías vacías como si del fin del mundo se tratara. No importa de qué cadena de supermercado estemos hablando o qué ciudad sea, esa ha sido la viva imagen de la mayoría de los grandes mercados de EE.UU. esta semana.
Un equipo de la Voz de América se desplazó hasta una de las cadenas de supermercados más populares en Washington para ver cuál era la situación. Y aunque en dicho establecimiento muchas estanterías estaban vacías, disponía de la mayoría de productos básicos.
Un trabajador del comercio que no quiso ser idenficado conversó con la VOA sobre la situación: "El viernes fue el peor día. Estaba muy lleno, la gente estaba comprando sobre todo productos básicos como carne, leche y desinfectates. Habían colas larguísimas".
Tal como había avanzado el empleado, los productos agotados eran los desinfectantes, entre ellos el gel antibacterial, producto difícil de encontrar en la mayoría de los supermercados y farmacias del país. A causa de la gran demanda de este tipo de productos, algunas cadenas han limitado la venta de toallitas desinfectantes, mascarillas, geles antibacteriales, guantes y termómetros.
Una de las incógnitas que ha causado este boom de las compras es la falta de papel higiénico, ya que mucha gente se pregunta por qué los consumidores lo están comprando tanto. Sorprendentemente, en el supermercado visitado, aún se podía comprar algunas existencias de papel higiénico, aunque de forma individual.
José Luis, un consumidor de origen mexicano comentó a la VOA: "Las personas se están alarmando por la situación y están dejando sin comida a otra gente, están exagerando". Y aunque explicó que pudo comprar lo que necesitaba, se mostraba decepcionado por no haber encontrado gel antibacterial, uno de los productos más consumidos para prevenir el coronavirus.
Máximo, otro comprador del supermercado, explicó que él si que disponía de gel antibacterial porque lo compró hace días. "Me costó encontrarlo", manifestó.
Después que un trabajador del establecimiento se acercara a una estantería vacía con un carro lleno de botellas de agua, dos jóvenes centroamericanos que no quisieron ser identificados empezaron a agarrar numerosas botellas. "Las compramos por prevenir", comentó con aire preocupado uno de los jóvenes. "Por una parte la gente exagera, pero por otra parte me parece bien. La gente tiene miedo a la enfermedad y el miedo les gana", concluyó de manera contundente.