Jon Batzdorff ha hecho dedica su vida a ayudar a personas que han sufrido de amputaciones, no solo en Estados Unidos, sino alrededor del mundo.
Su negocio de prótesis y aparatos ortopédicos, la evaluación, fabricación y colocación son hechas a la medida del cliente.
Las prótesis artificiales son tanto un arte como una ciencia. Desde cuando se hacían de metal o madera, la sustitución de partes del cuerpo humano ha recorrido un largo camino.
En la práctica
Todo lo que Batzdorff siempre quiso de su vida fue ayudar con sus manos a mejorar las condiciones de vida de los necesitados. Empezó auyudando a sus padres en su hogar en Delaware.
“Allí hacíamos nuestros propios muebles. Hacíamos todas las conexiones de luz y de cañería. Crecí trabajando con mis manos y construyendo cosas y en realidad esas fueron las bases para construir los ortopédicos”, dice Bartzdorff.
Él empezó haciendo este trabajo a finales de 1970, intentando ayudar a los soldados que regresaban de la guerra de Vietnam como amputados.
Ahora Bartzdorff es el director clínico del Laboratorio Ortopédico Sierra en Santa Rosa, California. También está trabajando en un proyecto para ayudar a las víctimas de Haití que después del terremoto de 2010 quedaron mutilados.
En Puerto Príncipe, capital de Haití, iniciará pronto su tercer taller para capacitar a trabajadores un centro local para así ofrecer servicios prostéticos.