El Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Interamericano (BID) firmaron este jueves un histórico acuerdo de cuatro años que establece el compromiso de ambas entidades en colaborar por el desarrollo sostenible de la Amazonía y el Caribe, mientras se promueve la digitalización de América Latina.
En un evento celebrado en Washington, los presidentes de ambas entidades aseguraron que el memorando de entendimiento les exige cooperar en la planificación y ejecución de programas y actividades “en áreas de interés común”.
“Lo que sucedió durante la pandemia se ha multiplicado y exacerbado por el impacto del clima y por la fragilidad, la violencia y la inseguridad alimentaria. Todas estas crisis se han unido como una tormenta perfecta… No se gana solo. Hay que unir fuerzas, y no sólo entre los bancos multilaterales, los más importantes son en realidad la sociedad civil, la filantropía y el sector privado”, dijo Ajay Banga, presidente del Banco Mundial.
El memorando, que cubre tres aspectos de trabajo, comienza con un enfoque en la Amazonía y en la importancia de “acercarse” al desarrollo desde las personas que viven en el área mientras se financian programas para reducir la deforestación.
Banga apuntó que un 40 % de las sobre 50 millones de personas que residen en la Amazonía viven bajo el nivel de pobreza, no tienen saneamiento o trabajos. Por lo tanto, para el 2028, países como Brasil, necesitarán 5 mil millones de dólares para adherirse a las contribuciones de protección de la Amazonía.
“Se trata de sumas de dinero realmente grandes que abordaron un gran tema (en el acuerdo): ¿Cómo les ayudamos a recaudar dinero para esto?”, agregó el presidente del Banco Mundial.
En segundo lugar, buscan financiar la digitalización en sectores rurales de América Latina, haciendo “más accesible” la tecnología en lugares como Colombia para promover la educación y la conexión entre los profesores y alumnos.
Finalmente, el tercer aspecto responde al impacto del cambio climático en el Caribe y “cómo ofrecer” resiliencia a las comunidades. En Bahamas, por ejemplo, los daños de los huracanes llegan a costar hasta el 26 % del Producto Interno Bruto.
“Pensando en la resiliencia, pensemos en cómo podemos ayudar. Esta región es fundamental. ¿Podemos hacerlo en términos de construir más resiliencia? Pensaremos juntos en el riesgo sistémico de desastres. No se trata sólo de los pagos de la deuda, también es tener financiación disponible para ya sea a través de seguros o mediante opciones de retiro diferido”, dijo Ilan Goldfajn, presidente del BID.
El acuerdo responde a la promesa que hicieron en junio Banga y Goldfajn durante un viaje conjunto a Perú y Jamaica, de colaborar más y competir menos en proyectos, ya que ambas instituciones buscar aumentar la financiación para el desarrollo y luchar contra el cambio climático y otras crisis globales.
“Lo que es muy importante para nosotros no es la cantidad de dinero que otorgamos sino el impacto de este… necesitamos billones y estamos en los miles de millones… por eso necesitamos colaboración y ver consenso en la región”, agregó Goldfajn.
Ambos bancos multilaterales aceptaron que necesitan un “cambio de estrategia” hacia la región para medir los proyectos fuera de la asignación de dinero, y más en el impacto que tienen en la población.
“Al final del día, el dinero que aportamos es un pequeño porcentaje del dinero que ese país necesita para marcar la diferencia. Entonces no son los dólares. Es el conocimiento, la capacidad, las habilidades y la experiencia que aportamos a nuestros equipos”, agregó Banga.
También acordaron colaborar en formas de unirse con otras entidades, incluido el sector privado, para aprovechar recursos y perseguir objetivos similares.
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