Para volver a invertir en Venezuela, ocho compañías petroleras extranjeras consideran esencial que se levanten las sanciones impuestas por Estados Unidos, tener un marco fiscal favorable y un panorama de estabilidad política.
Estas fueron las conclusiones a las que llegó un informe publicado el miércoles por el centro de pensamiento Diálogo Americano sobre el papel de las grandes empresas de petróleo occidentales en la recuperación de la industria en el país con las mayores reservas de crudo del mundo, según la OPEP.
El petróleo comprende más del 90% de las exportaciones de Venezuela y es la principal fuente de ingresos del país. Sin embargo, la producción de crudo ha disminuido drásticamente: de 2.1 millones de barriles al día en el 2017 a 700,000 en noviembre del 2019.
Según el informe, basado en entrevistas con las ocho “grandes” empresas petroleras, debido a la crisis que atraviesa la estatal Petróleos de Venezuela —envuelta en escándalos de corrupción y sancionada por EE.UU.— “las compañías de petróleo internacionales serán la clave para aprovechar los recursos petroleros del país”, escribieron los autores.
“Los únicos que tienen el capital para revivir la industria son las grandes compañías”, dijo a la Voz de América Jorge Piñon, director director del Centro de Políticas Internacionales de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Texas, EE.UU.
Aumentar la producción de Venezuela a 2.6 millones b/d en diez años requeriría gastos de capital de $ 90 mil millones de dólares y gastos operativos de $ 122 mil millones de dólares, según la firma IDP Latin America.
Sin embargo, todas las empresas consultadas por The Dialogue aseguraron que el fin de las sanciones era una condición previa para considerar invertir de nuevo en el país suramericano. “[Las sanciones] están haciendo que sea muy difícil para cualquiera operar en el país”, dijo a la VOA Lisa Viscidi, una de las autoras del informe.
Estados Unidos ha dejado claro que su objetivo con las sanciones es presionar la salida del poder del presidente en disputa Nicolás Maduro, por lo que un escenario en el que haya un cambio en la política exterior bajo el actual gobierno es poco probable.
Cuando eso suceda, explica el informe, una de las medidas que tendrá que sopesar es cómo crear un nuevo marco fiscal que sea atractivo para las compañías extranjeras, pero balanceando “el deseo por atraer inversión con la necesidad de recaudar ingresos para para abordar las necesidades urgentes de la población”.
“Si tú le haces la situación un poco más viable a las compañías internacionales, esperamos que ellas inviertan esas nuevas ganancias en incrementar la producción”, explicó Piñon y añadió que la medida beneficiaría a un nuevo gobierno “a largo plazo”.
Los impuestos, sin embargo, no serán el único reto; también tendrán que solventar el hecho de que para poder extraer crudo de Venezuela, las empresas deberán hacer grandes inversiones en infraestructura.
Aquí, explica Piñon, las compañías que no se han ido de Venezuela como Chevron, cuya licencia para operar en el país fue renovada hasta abril, tendrán ventaja.
“[Esas compañías] van a tener la oportunidad de que las inversiones en Venezuela sean rentables y van a tener una posición competitiva respecto a [otras] como Exxon, Conoco, etc que quieran entrar”, dijo el experto.