Las cifras de desplazamientos crecen en Latinoamérica y en la mayoría de los casos, generan graves consecuencias para los migrantes a nivel de seguridad y salud integral, señaló este martes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Hay evidencia del crecimiento gradual de la movilidad humana interna, generada por altos niveles de violencia que experimentan las personas en los países donde hay mayor flujo de migrantes. Es en gran parte consecuencia del deterioro de las condiciones socioeconómicas y de seguridad en los países de origen.
Así lo confirma un informe publicado por la CIDH titulado: “Desplazamiento Interno en el Triángulo Norte de Centroamérica - Lineamientos para la formulación de Políticas Públicas”, donde se presenta la situación de personas desplazadas en Guatemala, Honduras y El Salvador.
Allí se exponen estudios oficiales de caracterización que detallan la situación en cada uno de los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
Datos cualitativos y cuantitativos sobre la población desplazada interna, donde aparece una aproximación a la problemática de migración que aqueja, no sólo a dicho territorio, sino a millones de personas en diversos lugares del mundo.
Según las cifras presentadas en el informe sobre Honduras del año 2015, se evidencia un total de 174.000 personas desplazadas en 20 municipios urbanos. En el caso de Guatemala, el Estado remitió información a la CIDH sobre un total de 345 personas desplazadas. Y, en el Estado de El Salvador, se registra un total de 157.684 personas desplazadas.
"La CIDH reconoce que el desplazamiento interno es un fenómeno complejo y multicausal en dicha región. La labor de monitoreo de derechos humanos ha identificado a lo largo de los últimos años, de conformidad con la información recibida a través de sus distintos mecanismos, un gran número de personas desplazadas internas en El Salvador, Guatemala y Honduras", precisa la entidad.
Luis Ernesto Vargas Silva, Comisionado Relator sobre los Derechos de los Migrantes y Personas Desplazadas, habló sobre el tema a propósito del informe.
Aseguró que debe haber un “abordaje integral de este problema de derechos humanos por parte de los Estados en su posición de garantes, con la adopción de medidas efectivas que van desde el reconocimiento oficial del desplazamiento interno forzado hasta medidas para prevenir las causas y dar respuestas a las necesidades protección de las personas desplazadas internas”.
Un análisis fundamental para el desarrollo de derechos humanos
El informe de la CIDH se desarrolló como parte de las actividades del “Proyecto Regional de Derechos Humanos y Democracia”, que se ha venido trabajando con la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF).
Su objetivo principal es fortalecer los conocimientos sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y sus estándares entre los actores locales clave, aquellos encargados de proteger y defender los derechos humanos en los Estados del Triángulo Norte de Centroamérica.
La CIDH se conforma por siete miembros independientes que se eligen por la Asamblea General de la OEA, a título personal y no representan sus países de origen o residencia.
Es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
