Ya han pasado diez años desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 y muchos aun no olvidan lo que sucedió ese fatídico día.
“Aún tengo las imágenes metidas en mi cabeza. Yo veo los aviones chocando las torres, la gente corriendo, las ambulancia, los bomberos, los muertos. Esto no se olvida y se repite en mi cabeza por lo menos una vez a la semana”, nos dijo Melisa Santiago, residente de la ciudad de Nueva York.
Este tipo de comportamiento es lo que los siquiatras y sicólogos conocen como el trastorno por estrés postraumático y generalmente ocurre después de enfrentar situaciones como accidentes, violaciones, atracos y situaciones como las vividas cuando dos aviones chocaron contra las Torres Gemelas.
“Usted sabe que esto sucedió a eso de las ocho de la mañana, imagínese cuando son las ocho y algo, de día o de noche, uno ve la hora y se recuerda. Imagínese cuando uno escucha un avión volando muy bajo en Chicago o Miami, no tiene que ser solo aquí en Nueva York, el miedo le persigue a donde vaya”, comentó John Davidson a la Voz de América.
Según los expertos, las imágenes de dos aviones impactando las torres y la repetición de las mismas en la televisión afectaron a muchos. Es por eso que la ciudad de Nueva York cuenta con tres centros en los que las personas pueden recibir tratamiento para enfermedades físicas y mentales ocasionadas por el colapso de las Torres Gemelas.
Síntomas
Los recuerdos constantes del acontecimiento, la aparición de imágenes y sonidos, y las respuestas fisiológicas son algunos de los síntomas que en repetidas ocasiones están acompañadas de una depresión.
“Ya han pasado ocho años y muchas personas pasaron del miedo de los primeros años a una constante depresión”, señala el siquiatra William Herrera en conversación telefónica desde su oficina en Colombia.
Habitualmente, el estrés y la depresión se atenúan en los meses siguientes a un traumatismo. El caso de Nueva York es mayor debido al miedo de nuevos ataques y al recuerdo permanente de los acontecimientos del 2001.
“Más o menos, para la fecha del atentado, mi esposa comienza a llorar y se molesta por todo. Cuando las nenas llegan de la escuela está en la cama y no se levanta para nada”, nos comentó Luis Aguirre quien reside en el barrio neoyorquino del Bronx.
La irritabilidad, el insomnio y los problemas de concentración son otros de los síntomas de las personas con trastornos por estrés postraumático.
“Vivo en Nueva York desde 1976, llegué de Santiago, soy chileno, y de aquí no me saca nadie, ni los aviones, ni los terroristas”, dice Armando Aguilar, quien vivió de cerca los ataques del 11 de septiembre de 2001.
“Creo que el miedo se vive una vez, después te acostumbras. En 2002 y en 2003 sentía miedo. La familia te llama y te cuenta, te dicen que están asustados, pero el tiempo va borrando los malos recuerdos. Además, hay gente como yo, que amamos esta ciudad y no nos vamos a amedrentar por terroristas”, dijo Aguilar a la Voz de América.
Aguilar como muchas otras personas estuvieron cerca de las torres, las vio antes de ser destruidas y ahora camina todos los domingos junto a sus hijos por la zona cero.
“Quiero explicarles a ellos que esto es historia. Que no deben tenerle miedo a nadie y que deben responderle a la nación que los vio nacer. Ellos nacieron aquí en Nueva York”, explica con orgullo.
Algunos siquiatras califican la ausencia de miedo como un escape ante las situaciones postraumáticas.