Puntualmente a las 11 de la mañana hora de Washington, y mientras las banderas ondean a media asta, el presidente Barack Obama y la primera dama, Michelle Obama encabezaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas del ataque contra la congresista Gabrielle Giffords.
El mandatario y su esposa fueron acompañados por cientos de personas en el Capitolio y millones de través de todo el país que se unieron al silencio y las oraciones por la recuperación de la congresista Giffords y los otros heridos.
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También las oraciones se elevaron por las seis víctimas fatales del ataque son: el juez federal John Roll; la niña de 9 años, nacida casualmente el 11 de septiembre de 2001, Christina Taylor Green; Gabe Zimmerman asistente de Giffords de 30 años; Dorothy Morris de 76 años; Dorwin Stoddard de 76 años; y Phyllis Schneck de 79 años.
Estable
Según informaron los médicos pasado el mediodía de Washington, en su informe desde el hospital University Medical Center en Tucson, Arizona, la congresista Gabrielle Giffords permanece estable, sigue respondiendo a órdenes simples y no sufre inflamación adicional del cerebro.
"El que no haya cambios es bueno", explicó en una rueda de prensa televisada Michael Lemole, jefe de la unidad de Neurocirugía del hospital, quien consideró también positivo el que no haya aumentado la inflamación del cerebro.
Lemole explicó que la máxima inflamación puede alcanzarse a partir del tercer día y puede durar unos 10 días más.
Acusaciones contra el atacante
La fiscalía de Estados Unidos presentó cargos contra Jared Lee Loughner, el hombre de 22 años que atacó a la congresista estadounidense Gabrielle Giffords.
Loughner compareció este lunes 11 de enero por la tarde ante un tribunal de Arizona para enfrentar cargos de asesinato e intento de homicidio, y un juez federal determinó que seguirá detenido sin posibilidad de salir en libertad bajo fianza.
De momento, a Loughner se le acusa de dos asesinatos y enfrenta además otros tres cargos por el intento de asesinato de un funcionario público, el de la congresista Giffords, y de dos de los miembros de su equipo que resultaron heridos y permanecen hospitalizados,
La policía informó que una mujer que esperan en fila para hablar con la representante Giffords, arrebató las municiones de las manos de Loughner mientras intentaba recargar el arma. Otras dos personas se arrojaron sobre el atacante, quien fue detenido en el lugar.
Los médicos se muestran optimistas de que Giffords se recupere luego de ser sometida a una cirugía cerebral de emergencia, pero la legisladora aún se encuentra en estado grave en un hospital de Tucson.
El presidente Barack Obama pidió a los estadounidenses hacer un minuto de silencio el lunes a las 11.00 hora del este para honrar a las víctimas del ataque. El mandatario agregó que las banderas en la Casa Blanca y otros edificios públicos y militares ondearán a media asta por el resto de la semana.
Entre tanto, el gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, manifestó su más enérgica condena y lamentó la acción criminal ocurrida en Tucson. Asimismo, expresó sus más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, su deseo de una pronta recuperación de los heridos, así como su solidaridad al Congreso y al pueblo estadounidense, así como al presidente Barack Obama y, en particular, al pueblo de Arizona.
El director del FBI, Robert Mueller, dijo en una rueda de prensa que los funcionarios públicos deben estar en alerta, aunque no hay información que sugiera una amenaza específica adicional.
Mueller sostuvo que "el discurso de odio y otros discursos de incitación" representan un desafío a los funcionarios del orden, especialmente cuando llevan a ataques cometidos por "lobos solitarios".
El Dr. Peter Rhee, del University Medical Center de Arizona dijo que Giffords está en un coma inducido por los médicos mientras comienza su recuperación de la cirugía. El Dr. Michael Lemole, jefe de neurocirujanos del University Medical Center de Arizona dijo que “algunas de las estadísticas para heridas de bala en el cerebro son abismales. Estamos hablando de un 95% de mortalidad en algunos casos, en otros un 70%. Entonces, solo el hecho de que ella sobrevivió y además puede responder a nuestros comandos es un milagro”.