Andrea Reyes es una joven colombiana que trabaja en un restaurante cercano a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. En días recientes, explicó, el negocio en el que labora ha registrado un aumento considerable de clientes y muchos de los cuales han viajado expresamente hasta la Gran Manzana con motivo de la Asamblea General de la ONU.
“Son diplomáticos, también hay políticos, personal del Servicio Secreto, vienen de todo el mundo, la mayoría son clientes internacionales”, relató esta empleada en declaraciones a la Voz de América mientras ofrecía el servicio a una delegación sudafricana.
Y no es el único. Otros restaurantes han visto también un incremento de la facturación, al igual que los hoteles, donde se registran plena estos días. En general, esta cumbre de alto nivel ha representado un cambio positivo para la población de Manhattan, en parte porque supone un respiro económico para los negocios locales impactados por los dos años de pandemia.
Gabino, que regenta un puesto de flores en una de las calles que da acceso al edificio de las Naciones Unidas, también ha comprobado que esta semana hay muchísima más actividad en comparación con otros días.
“Por la pandemia todos los negocios cerraron y no se vendía nada. Pero ahora, gracias al evento que hay aquí en Naciones Unidas, ha venido muchísima gente y yo estoy vendiendo un poquito más que antes”, dijo satisfecho entre ramos de margaritas y rosas.
Se calcula que los diplomáticos gastan hasta cuatro veces más que un turista. Así que no importa el caos que genere esta asamblea en la vida de los neoyorquinos porque lo importante, dicen, es que los que vengan dejen dinero.
Para muchos de los residentes en Manhattan, esto solo es una semana de incomodidades, con la ciudad prácticamente blindada y con muchas dificultades para desplazarse por la ciudad. Y es que a pesar de los problemas que genera el cierre de calles y la fuerte presencial policial en esta zona, algunos agradecen de que esto, después de todo, signifique una buena inyección económica para los negocios.
“Se mueve mucho dinero, los hoteles están llenos y hay mucha cosa pasando, eso significa que hay mucho más trabajo”, comentó Julio Rosado, que lleva más de una década residiendo en la Gran Manzana.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.