Funcionarios de inmigración de Estados Unidos allanaron el miércoles varias plantas de procesamiento de alimentos de Mississippi, como parte de una operación a gran escala realizada por el gobierno del presidente Donald Trump y dirigidos a corporaciones y sus empleados, en gran parte latinos.
Las redadas, planeadas hace meses, se produjeron horas antes de que Trump visitara El Paso, Texas, para ofrecer sus condolencias a la ciudad mayoritariamente latina donde se produjo un tiroteo que dejó 22 personas muertas en la ciudad fronteriza.
Los empleados detenidos llenaron tres autobuses, dos para hombres y uno para mujeres, en una planta de Koch Foods Inc. en Morton, 64 kilómetros al este de Jackson, Mississippi. Los detenidos fueron llevados a un hangar militar para ser procesados por violaciones de inmigración. Unos 70 familiares, amigos y residentes se despidieron mientras gritaban: “¡Déjenlos ir! ¡Déjenlos ir! ”Más tarde, llegaron dos autobuses más.
Un niño de 13 años, cuyos padres son de Guatemala, se despidió de su madre, una trabajadora de Koch, mientras su padre lo acompañaba. Algunos empleados trataron de huir a pie pero fueron capturados en el estacionamiento.
A los trabajadores que se confirmó que tenían estatus legal se les permitió salir de la planta después de que les registraron sus autos.
"Fue una situación triste allí dentro", dijo Domingo Candelaria, un residente legal y trabajador de Koch, quien indicó que las autoridades verificaron los documentos de identificación de los empleados.
La compañía no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios por correo electrónico de The Associated Press.
Bryan Cox, portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, indicó que se ejecutaron órdenes de allanamiento a varias empresas en siete ubicaciones en Mississippi.
Con información AP