Las autoridades en el estado de Arizona, en el suroeste de Estados Unidos, tenían la esperanza de que sus esfuerzos durante la noche ayudaran a contener un enorme incendio forestal que amenaza a dos poblaciones en el este del estado.
Los bomberos construyen barreras cortafuegos utilizando grandes máquinas para derribar árboles y remover la tierrra para impedir que el fuego encuentre más material combustible y se siga propagando.
Aproximadamente la mitad de los 4.000 residentes de la población de Eagar fueron forzados a dejar sus casas en las últimas horas del martes 7 de junio de 2011, cuando las llamas del llamado Incendio de Willow, se acercaban al área.
Los residentes en el poblado de Springerville también estaban preocupados mientras esperaban recibir noticias sobre si tenían que evacuar el área.
El incendio, avivado por vientos de más de 40 kilómetros por hora, ha quemado más de 125.000 hectáreas desde que comenzó hace 11 días.
Bomberos de distintos lugares del país, incluso hasta de Nueva York, han llegado a Arizona para ayudar en los incendios, donde posiblemente algunos focos que no habían sido detectados, puedan haber ayudado a revivir el fuego.
La agencia de noticias The Associated Press informa que no se han reportado heridos, pero el fuego ha destruido 10 edificios hasta el momento, además de amenazar a varias casas y complejos turísticos.