La Justicia Argentina dio un fallo histórico al condenar al último presidente de facto, Reynaldo Bignone, y al ex comisario, Luis Patti, a cadena perpetua y cárcel común, por haber cometido delitos de lesa humanidad.
En la sentencia se los acusó de secuestrar, torturar, desaparecer y asesinar militantes políticos, civiles y hasta a un ex diputado nacional en la jurisdicción del cuartel militar de Campo de Mayo, en las afueras de Buenos Aires.
El tribunal oral federal de San Martín condenó al último presidente de la dictadura militar argentina, el general Reynaldo Bignone, y al ex comisario de la policía bonaerense, Luis Patti a cadena perpetua y cárcel común -no domiciliaria ni militar y sin privilegios- al considerarlos responsables de secuestros, torturas, desapariciones y asesinatos de civiles.
También recibieron la misma pena el ex general Santiago Riveros y el ex agente de inteligencia del ejército Martín Rodríguez.
De esta manera, el tribunal cumplió con las solicitudes de la querella y de la fiscalía que exigían penas severas por haber violado sistemáticamente los derechos humanos en la zona de Garin-Escobar, al norte de Buenos Aires, región que dependía del cuartel militar de Campo de Mayo.
Estela de Carloto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, le dijo a la Voz de América, "que estas condenas demuestran que en la Argentina no hay perdón ni olvido"
"A Bignone, todavía pensando que era un ser humano, lo fui a ver a su casa cuando desapareció mi marido y mi hija. Y hoy no iría a la casa de este asesino porque como respuesta me devolvió una hija muerta y seguramente sabe donde está mi nieto, que tiene 33 años, y no puedo encontrarlo”, dijo de Carloto.
La presidenta de Abuela de Plaza de Mayo, agregó que “no tengo más que sonreírme ante un desahuciado. No soportan, no se bancan ver nuestras miradas. Yo creo que él a mi no me podría decir en la cara lo que le dice a un micrófono aséptico; de que no se arrepiente de haber matado a mi hija pero si de haberme recibido”.
También de Carloto dijo que “hay muchos países que están mirando a la Argentina con mucho respeto porque llevamos la bandera, como pueblo y con los últimos gobiernos, de la verdad y la memoria de los 30 mil desaparecidos que estos salvajes le quitaron la vida. Por eso hoy es un día histórico, para todos los argentinos de bien".
El decretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, reconoció el esfuerzo de los investigadores y los jueces por encontrar pruebas y testigos que fueran determinantes en el juicio.
"Me llena de satisfacción el fallo porque Patti es un peligroso homicida auque haya teatralizado su estado de salud. Por eso digo que criminales de esta laya deben estar presos. Este es un Tribunal de gran jerarquía jurídica y han procedido según su prestigio y sapiencia", dijo Duhalde.
Juana Muñiz, le dijo a la Voz de América que su padre el ex Diputado Nacional, Diego Muñiz Barreto, "fue secuestrado, torturado y asesinado en un simulacro de accidente de tránsito en el Río Paraná, en la provincia de Entre Ríos, donde su secretario personal, Juan José Fernández, sobrevivió para contar la verdad".
Ella recordó que "uno pensaba, como familiar, que ya estaba todo descubierto y surgieron muchas pruebas durante el debate. Pensábamos que a mi papá le habían dado una inyección para dormirlo como hicieron con su secretario para meterlo en el auto; pero al contactar al médico que hizo la autopsia a mi papá, tomé conciencia que realmente lo mataron como una rata de un balazo en la nuca y lo tiraron en el auto. Esa fue la tarea ardua de los fiscales y los abogados durante la investigación, porque uno como familiar puede ayudar pero no es suficiente".
El Juicio tuvo gran repercusión ya que el ex comisario Patti, de 57 años, logró ser alcalde en democracia de la ciudad de Escobar y fue elegido diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, pero nunca pudo asumir ya que fue desaforado por el Congreso Nacional por los cargos que enfrentaba.
De esta manera, desde que se anularon las Leyes de Amnistía -Obediencia Debida y Punto Final- en agosto de 2003, ya fueron condenados 204 represores y hay cientos sometidos procesos judiciales.