El nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, se ha movido rápidamente para restablecer los lazos con Irán y Venezuela al recibir el miércoles las credenciales de los embajadores de ambos países, tres días después de que su partido socialista retomara el poder.
El gobierno de Bolivia dijo en un comunicado que quería “restablecer las relaciones diplomáticas dañadas por el anterior Gobierno de facto” encabezado por la conservadora presidenta interina Jeanine Áñez.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, asistió a la ceremonia de investidura de Arce en La Paz el domingo, como parte de una gira por naciones latinas de izquierda que incluyeron a Venezuela y Cuba.
En tuits publicados junto con fotos del evento, Arce dijo que estaba restableciendo las relaciones bilaterales con Venezuela “para estrechar lazos estratégicos por el bien de nuestros pueblos”.
Dijo que lo mismo se está haciendo con Irán y que “seguiremos fortaleciendo los proyectos comunes en beneficio de nuestros pueblos”.
Venezuela e Irán fueron aliados clave del expresidente boliviano y aliado de Arce, Evo Morales, quien asumió el cargo como el primer presidente indígena del país en 2006 y renunció bajo presión por las disputadas elecciones del año pasado.
Morales había planeado hacer de Irán un socio en la explotación de sus abundantes reservas de litio. Tanto él como el presidente de Venezuela Nicolás Maduro con frecuencia se han expresado públicamente sobre la “intromisión” de Estados Unidos en la región.
Días después de que Morales dejara el cargo y fuera reemplazado por la presidenta interina Áñez, los diplomáticos de Venezuela fueron expulsados junto con los cubanos, en medio de acusaciones por parte del nuevo Gobierno de haber fomentado protestas contra la salida de Morales.
Ahora, con el regreso al poder del partido socialista MAS con Arce a la cabeza, Bolivia está restableciendo su vieja política exterior.